Cualquier moto puede tener el motor más potente o las cubiertas con el último desarrollo en compuestos para asegurar el mejor agarre al piso, pero si la transmisión de la potencia del impulsor a la rueda no es la correcta de poco servirán. La unión entre el motor y la rueda es la transmisión secundaria corporizada en cadena, correa dentada o cardán que son los encargados de trasladar esa fuerza a la rueda trasera.
En todos los casos, esta acción de transmitir la potencia (CV o HP) de un motor implica un gran esfuerzo constante de los conjuntos mecánicos, por lo tanto éstos deben tener características y cuidados especiales. Como siempre sucede en estos casos, cada sistema tiene sus defensores y detractores en función de los gustos y experiencias de cada usuario, pero lo importante es conocer las características de cada modo, con sus ventajas y desventajas, el tipo de moto que los pueden llevar, y el uso que se le va a dar.
El sistema más antiguo y más utilizado de transmisión secundaria en la mayoría de las motos –sean de baja, media o alta cilindrada, para paseo, velocidad o cross– es el de cadena. En la actualidad hay dos grandes grupos: cadenas con retenes o anillos de goma (O’ring) y cadenas simples sin retenes. La diferencia entre unas y otras consiste en que los eslabones en las cadenas simples están unidos los unos a los otros directamente, mientras que en las cadenas con retenes llevan unos pequeños aros de goma que protegen tanto de la entrada de suciedad o polvo entre eslabones y pernos, como también reteniendo la grasa de origen que se aplica durante su armado.
El sistema más elegido
Sin lugar a dudas, la cadena es el tipo de transmisión elegida para las motos de competición (velocidad, cross o enduro), no sólo por su mínima pérdida de potencia con respecto a otros sistemas, como el cardán, sino también por la sencillez en la sustitución de los engranajes, piñón y corona, para realizar un completo cambio en el comportamiento de la moto.
La gran desventaja de la cadena es que siempre hay que hacerle un mantenimiento consistente en limpieza, engrase y tensión que garantizará una mayor vida útil si se realizan con cierta regularidad. La duración promedio de una cadena con buen mantenimiento se ubica entre los 20.000 y 25.000 km.
Otro inconveniente es la suciedad que genera la fuerza centrífuga producida al girar a gran velocidad y que irremediablemente provocará que las motitas de grasa que se desprenden vayan a parar al pantalón blanco de la señorita que viaja de acompañante.
La correa dentada tiene el mismo principio de funcionamiento que el de la cadena: consta de piñón y corona, pero enlazados por una banda con dientes internos construida en aleaciones de caucho, kevlar e hilos de acero. Las ventajas que ofrece son el casi nulo mantenimiento además de una duración más prolongada (60.000 kilómetros como mínimo) y mayor silencio en su funcionamiento. Tampoco le ensucia el pantalón a la señorita en cuestión. Una pequeña desventaja está dada por el peso: el conjunto piñón y corona es mayor que el de sus primos de cadena dado que estos últimos son más finos y menos voluminosos.
Nota publicada en la edición 498 de Weekend, marzo de 2014. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
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