El martes 2 de diciembre de 1971 la humanidad fue testimonio de un gran acontecimiento en su lucha por conquistar el espacio: por primera vez en la historia un objeto fabricado por el hombre lograba aterrizar en Marte.
Se trató de la sonda espacial rusa Mars 3 que había sido lanzada desde el cosmódromo de Baikonu, a través del cohete Protón-K (8K82K), el 28 de mayo de ese mismo año, y que formaba parte de una misión mucho más amplia, llamada la M-71, que consistía en una pequeña flotilla de tres naves espaciales.
Fabricada por la oficina de diseño NPO Lávochkin, a cargo de Georgi Babakin, la estación interplanetaria soviética contaba con un satélite artificial y con un módulo de aterrizaje.
Al igual que su antecesora –la Mars 2-, la Mars 3 contaba con un peso total de 4.650 kilos, de los cuales 1210 correspondían al módulo de descenso que, afortunadamente para sus creadores y para la comunidad científica mundial no tuvo ningún problema durante su paso por la atmósfera.
Aproximadamente 100 segundos después de comenzar el frenado atmosférico, y cuando la Mars 3 viajaba a Mach 3,5, el paracaídas piloto de 13 metros cuadrados, el cual tiraba a su vez del paracaídas principal se abrió y, tan solo dos segundos más tarde, se desprendió el escudo térmico de 3,2 metros de diámetro, dejando al descubierto la sonda de aterrizaje principal con una curiosa forma ovoidal.
Casi al mismo tiempo se activó el radar de aterrizaje, que, inmediatamente, comenzó a buscar desesperadamente las primeras señales del terreno marciano que estaba ubicado debajo de la sonda, para poder determinar la altura del vehículo y decidir el momento exacto de separación de la Mars 3.
Tras encenderse los cohetes de frenado de combustible sólido que estaban ubicados en las líneas del paracaídas, a una altura de entre 16 a 30 metros de la superficie, finalmente, la sonda se dejó caer, impactando, suavemente, contra el suelo a unos aproximadamente
Eran exactamente las 13:50:35 UTC (10:5025 horas de la Argentina) del martes 2 de diciembre de 1971 cuando, en medio de una impresionante tormenta de polvo que se levantó inesperadamente, la Mars 3 lograba la hazaña de convertirse en el primer objeto fabricado por el hombre en poder aterrizar en Marte, más precisamente en hemisferio sur del planeta rojo, a 45º sur, 158º oeste.
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