La gravísima situación por la histórica bajante que está sufriendo el río Paraná podría mantenerse hasta finales de 2021, según advirtió el subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús, en diálogo con Radio AM750.
“Si bien la situación está estable y siguiendo los caminos que habíamos imaginado hace un par de meses, esta inédita bajante que presenta el río Paraná puede superar en los próximos meses la marca histórica de hace 77 años”, señaló Borús
“Ya desde mayo estamos viendo que la evolución posible que podemos llegar a tener hasta el 31 de octubre y, en principio, hasta el 31 diciembre también. Se parece a la de 1944, pero por ahora estamos un poco mejor”, agregó el funcionario, al comparar la situación actual con la marca histórica de 1,39 metros por debajo del cero registrada en dicho año.
En cuanto a los motivos de esta inédita bajante, el ingeniero explicó que se trata de un ciclo seco como tantos que hubo en el pasado, que simplemente fue acentuado por una condición climática que estamos viviendo desde hace unos 20 años más o menos.
“Si uno considera todas las variables que entran en juego desde los últimos 140 años, es la bajante más complicada porque la cuenca ha cambiado, pero sobre todo hay un punto que ha cambiado significativamente que es la dependencia fuerte que tiene la Argentina del Río Paraná”, relató.
Asimismo, Borús aseguró que otra causal importante está dada por los grandes cambios que se han producido en el uso del suelo y en las prácticas agrícolas, como así también porque la utilización de la cuenca ha sido muy intensa, especialmente en los últimos 20 años, lo que hace que los extremos se sientan mucho más.
Respecto de las perspectivas climáticas para el mediano plazo, el especialista precisó que “hasta el 31 de octubre está claro que vamos a continuar con la bajante, con mayor o con menor intensidad, pero continúa”.
“Hacia fines de octubre deberíamos tener la expresión más fuerte de la bajante, con los niveles más mínimos que podrían llegar a ser muy parecidos a los que se registraron en 1944. Son números que asustan porque condicionan todos los usos del Paraná”, advirtió.
Por último, en cuanto a las graves consecuencias que la bajante del Paraná está ocasionando en las poblaciones de la cuenca del Paraná, que alcanza a las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires, Borús indicó que el Decreto de Emergencia Hídrica apunta a poder actuar con las provincias, sobre todo en el tema de las tomas de agua.
“Las tomas de agua para captación fluvial, para consumo urbano y para refrigeración de procesos industriales requieren una readaptación porque estamos en una condición absolutamente anormal. Hay que poner capital para moverse, para trabajar junto con los organismos nacionales”, agregó.
“El principal punto de interés es que el consumo urbano no esté en una condición crítica. Igualmente, como las aguas están tan bajas, la captación de agua fluvial se complica por la logística y la calidad del agua no es la misma. Hay muchos lugares donde ya se siente el sabor más salino del agua”, concluyó.
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