Tras haberse pospuesto el año pasado debido a la pandemia del Covid-19, finalmente desde el pasado viernes 16 se está llevando a cabo, de manera totalmente virtual, la cuadragésima cuarta sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco en la ciudad suroriental china de Fuzhou.
Así, hasta el 31 de julio, día en que finalizará el cónclave, el Comité examinará el estado de conservación de los 255 sitios inscriptos en la Lista del Patrimonio Mundial, de los que 53 figuran en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro.
Precisamente, una de las cuestiones más polémicas de este año está dada por la posible introducción de la Gran Barrera de Coral, frente a la costa noreste de Australia esta última lista que abarca a los sitios afectados por conflictos armados, catástrofes naturales o destrucción medioambiental. Es que los representantes de Australia ya anticiparon que impugnarán esa postulación al considerar que la decisión de la Unesco no toma en cuenta los miles de millones de dólares que ya se llevan gastados para intentar proteger a dicha barrera.
Por su parte, el pasado lunes 19, la Unesco publicó un informe preliminar en el que recomienda que se degrade el estatus de la Gran Barrera de Coral, incluida en el Patrimonio Mundial desde 1981, debido a su gran deterioro, en gran parte por los episodios de blanqueamiento de los corales, consecuencia de los trastornos climáticos que aquejan a todo el planeta.
Según las organizaciones ecologistas, esta recomendación muestra una total falta de voluntad por parte del gobierno australiano para reducir las emisiones de carbono. "Estoy de acuerdo en que el cambio climático global es la mayor amenaza para los arrecifes del mundo, pero es incorrecto, en nuestra opinión, designar al arrecife mejor administrado del mundo para una lista de sitios 'en peligro'", afirmó la ministra de Medio Ambiente australiana, Susan Ley.
“Australia impugnará este proyecto que es un giro respecto a garantías previas de altos cargos de la ONU porque envía una señal equivocada a aquellos países que no hacen las inversiones que estamos haciendo en la protección de los arrecifes de coral", agregó la ministra.
Más allá de lo que finalmente pase, cabe destacar que la inclusión en la lista de sitios en peligro no se considera una sanción por parte de la Unesco. De hecho, varios países incluso lo ven como una gran manera de concientizar a la comunidad internacional y de contribuir a la salvaguardia del patrimonio mundial.
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