El 3 de noviembre de 2000 comenzó a funcionar la Estación Espacial Internacional [ISS], concebida para llevar a cabo experimentos científicos en un ambiente de ingravidez a 400 kilómetros de distancia de la superficie terrestre, y que aún hoy sigue activa en el espacio.
Diseñada, construida y probada por la NASA, actualmente la ISS cuenta con una superficie similar a la de un campo de fútbol y su zona presurizada es equivalente a un Boeing 747.
En tanto que la envergadura de sus paneles es superior a la de las alas de un Boeing 777, y su peso es equivalente al de 320 automóviles medianos. Además, la superficie de sus cuatro paneles solares cubre 8 canchas de baloncesto, mientras que el espacio habitable equivale al de una casa con 5 dormitorios, dos baños y un gimnasio.
La NASA y sus 15 socios internacionales montaron la estación espacial en órbita, entregando los módulos, segmentos, y otros elementos, a través de 37 vuelos de transbordadores espaciales y cuatro lanzamientos rusos sin tripulación.
Gracias a esta estación todavía hoy hay presencia humana permanente en el espacio, ya que desde que el primer equipo humano permanente entrara en ella en noviembre de 2000 siempre ha habido al menos dos personas a bordo.
De hecho, a lo largo de estos 21 años que lleva suspendida en el espacio, más de 240 personas de 19 países han pasado tiempo en la estación, realizando cerca de unas 300 caminatas espaciales. Además, en ella se han llevado a cabo más de 3.000 investigaciones en las que participaron, y participan, científicos de más de 100 países.
Actualmente, la estación es mantenida por las lanzaderas rusas Soyuz y por la nave espacial Progress, al tiempo que, en anteriores ocasiones, contó con la valiosa ayuda de los Space Shuttle norteamericanos.
El astronauta de la NASA, William Shepherd, y los cosmonautas rusos Sergei Krikalev y Yuri Gidzenko se convirtieron en la primera tripulación oficial en vivir a bordo de la estación espacial.
Aunque el principal objetivo de su misión, que duró 4 meses, era instalar y activar los sistemas de comunicaciones y trabajar con tres tripulaciones de transbordadores espaciales visitantes para continuar el montaje de la ISS, también lograron llevar a cabo el primer experimento científico en la estación.
Por otra parte, cabe destacar que visitar la Estación Espacial Internacional sigue siendo un privilegio reservado casi de manera exclusiva a los astronautas. Solo un selecto grupo de multimillonarios ha podido llevar a cabo su aventura espacial tras someterse a un intenso programa de entrenamiento, previo pago de una millonaria suma de dólares.
Así fue que mientras en 2001 el multimillonario empresario, ingeniero y piloto de planeador norteamericano Dennis Tito pagó 20.000.000 de dólares para convertirse en el primer turista espacial de la historia, seis años más tarde la millonaria ingeniera iraní-estadounidense, cofundadora y presidenta de Prodea Systems Inc, iraní Anousha Ansar, fue la primera mujer en visitar la Estación Espacial Internacional.
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