La historia de la ciudad santafesina de Esperanza, la Primera Colonia Agrícola de la Argentina, que en el día de hoy, miércoles 8 de septiembre, está cumpliendo 165 años desde su fundación, se encuentra estrechamente vinculada con la de la colonización agrícola, ya que fue poblada al amparo de la promoción de la inmigración establecida por la Constitución Nacional sancionada en 1853.
Así fue que mientras el 15 de junio de ese año, el por entonces gobernador de Santa Fe, Domingo Crespo y el influyente y millonario empresario salteño Aarón Castellanos firmaron un contrato de colonización con el objetivo de promover y desarrollar la agricultura en esa región del país, finalmente el 8 de septiembre de 1855, comenzó la división y la demarcación de los terrenos de la colonia en una zona conocida como Cantón de Reyes (posteriormente, Cantón de Iriondo), en las cercanías del río Salado, estableciéndose así esa fecha como el día oficial de la fundación de Esperanza.
Si bien no existen antecedentes fehacientes en cuanto al origen del nombre, algunos historiadores lo atribuyen a una selección católica de una de las tres virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad, cuando, allá por el año 1858 los primeros pobladores católicos optaron por llamarla Esperanza, como ofrenda a Dios.
Gracias a la valiosa ayuda de agentes de viajes europeos, Castellanos tentó a familias de Alemania, Bélgica, Francia, Luxemburgo y de Suiza para que se establecieran en el lugar, con la promesa de concederles 33 hectáreas, un rancho, animales y semillas a cada una de ellas, a cambio de que éstas le entregaran, durante cinco años, un tercio de la cosecha que obtuvieran.
Los inmigrantes se trasladaron en barcos veleros desde el puerto de Dunkerque a Buenos Aires en una travesía que duraba aproximadamente 50 días.
Cada barco podía transportar entre 200 y 300 personas, por lo que, entre finales de febrero y principios de mayo de 1856, llegaron a Esperanza un total de 191 familias (1167 personas) ,de las cuales el 52 % eran suizas, el 29,3 % alemanas y el restante 13,6 %, francesas.
La incipiente Colonia estaba dividida en dos secciones por una lonja de terreno de cuatro cuadras de ancho, llamada Calle Ancha, que iba de norte a sur. Así, mientras en el sector este se establecieron las familias que hablaban francés, en el oeste lo hicieron los que hablaban alemán.
A partir de 1860, y tras varios años de penurias por los arduos trabajos que realizaban, los inmigrantes empezaron a percibir los primeros beneficios cuando sus pequeños ranchos empezaron a ser reemplazados por casas de azotea.
Sí bien por contrato estaban obligados a realizar tareas de agricultura, muchos de ellos eran artesanos, herreros y carpinteros que, con el correr de los años, empezaron a fabricar sus propias herramientas, dando lugar a los primeros talleres y fábricas en la zona que, a su vez, contribuyeron al desarrollo económico de la colonia santafesina..
Así, el 26 de octubre de 1883 Esperanza dejó de ser una pequeña colonia para convertirse en ciudad y ser designada cabecera del Departamento Las Colonias (mucho más extenso que el actual), al tiempo que un año después ya estaba comunicada por el primer ramal del ferrocarril.
Asimismo, mientras la parroquia de Esperanza fue creada en 1858, en 1863 los vecinos adoptaron como patrona de la ciudad a la Natividad de la Virgen, cuya festividad se celebra el 8 de septiembre y, en septiembre de 2005, el papa Benedicto XVI elevó a la iglesia a la categoría de basílica menor.
En tanto el 8 de septiembre de 1910 se inauguró en la céntrica Plaza San Martín el Monumento a la Agricultura Nacional, por lo que, desde el año 1979, la ciudad se convirtió en la sede permanente de la Fiesta Nacional de la Agricultura.
Como al momento de la llegada de los colonos la población local era mayoritariamente católica, tanto los nacimientos como las defunciones y los casamientos se anotaban en las iglesias ya que no había Registro Civil.
Debido a esta curiosa situación la ciudad de Esperanza, que actualmente cuenta con poco más de 45.000 habitantes, fue testigo del primer casamiento por civil en la Argentina entre personas de distintas religiones.
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