Un equipo de arqueólogos británicos descubrió los restos fósiles de un mercenario romano, que fue enterrado con su espada, junto al esqueleto de otro hombre de la época romana, cuya cabeza decapitada yacía a sus pies, en un antiguo sitio de la ciudad de Gales, Reino Unido.
Si bien los investigadores todavía no han podido determinar cómo murió este mercenario romano que, según afirmaron, medía aproximadamente 1,75 metros de altura y tenía poco más de 20 años, creen que pudo haber sido como consecuencia de una infección en el oído medio que terminó lesionando gravemente su cerebro.
“Durante el período romano tardío, cuando este hombre estaba vivo, el control romano se rompió en lo que ahora es el Reino Unido, lo que llevó al imperio a contratar mercenarios para luchar contra los invasores. Entonces, es posible que este hombre, cuyo broche se parece a los que se encuentran en Europa continental, fuera un mercenario romano o, posiblemente incluso, un invasor que se apoderó de la villa romana”, relató, a WordsSidekick.com, el director del proyecto de excavación , Mark Collard, arqueólogo y director de Rubicon Heritage, firma arqueológica con sede en Irlanda,
“Este mercenario romano tuvo un entierro bastante peculiar, ya que su cuerpo descansa en medio de un campo cerca de la villa romana, con vistas al valle y al mar. Es un gran lugar para ser enterrado", agregó el especialista.
Por su parte, el hombre decapitado también tenía cerca de unos 20 años de edad cuando murió durante el período romano. Su cráneo había sido removido y colocado a los pies, y los restos de madera y clavos de hierro muestran que fue enterrado en un ataúd o en una tabla que tenía un sudario encima.
“Alrededor del 2 al 3 por ciento de los entierros en sitios romanos incluyen personas decapitadas, probablemente de ejecuciones. Esta práctica puede haber sido utilizada para separar el alma del cuerpo o para evitar que el cuerpo se levante nuevamente, explicó Collard.
“Se enterraba al difunto en decúbito prono, o boca abajo, con una larga espada de hierro, un broche de ballesta de plata y botas de tachuelas dentro de un ataúd cerrado con clavos de hierro. En tanto que la espada y el broche son indicativos de las insignias militares romanas que datan de finales del siglo IV a principios del siglo V d. C”, comentó.
Entierros humanos, restos de casas y granjas
Los científicos también encontraron en el lugar restos de varias casas redondas construidas con madera y techo de pajas, tierras de cultivo y varios entierros en montículos que datan de la Edad del Bronce.
“Estas granjas estaban muy juntas, a menos de 1,6 kilómetros de distancia, y tenían animales domésticos y procesamiento de granos. No sabemos si fueron los mismos dueños o la misma familia, pero nos gusta pensar que la continuidad estuvo ahí. Y simplemente tomaron nuevas modas y se asimilaron al Imperio Romano. Muestra cuán denso era el asentamiento", relató Collard.
Ahora, Collard y su equipo de colaboradores planean comprobar si realmente hubo continuidad examinando el ADN encontrado en los restos fósiles de estos dos entierros humanos recientemente descubiertos en Reino Unido.
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