El 11 de noviembre de 1875, miles de porteños asistieron a la inauguración del espacio verde más grande con el que aún hoy sigue contando la ciudad de Buenos Aires: el Parque 3 de febrero. En sus comienzos este inmenso parque estaba delimitado al este por la actual calle Ugarteche, y ,al oeste, por el Arroyo Maldonado.
El encargado de inaugurarlo fue el entonces presidente de la Argentina, Nicolás Avellaneda, quien plantó una “magnolia americana del bosque primitivo” que aún hoy puede apreciarse en la avenida Berro, entre Casares y Av. Sarmiento, frente al Jardín Japonés.
Por su par te, Domingo Faustino Sarmiento fue el gran responsable del proyecto de ley para la creación del mencionado espacio verde en las tierras que, antiguamente, pertenecieron a Juan Manuel de Rosas. Amante de la vegetación, plantó un árbol cuyo nombre por entonces se desconocía y que resultó ser el jacarandá, cuyas flores embellecen hoy las calles de la Capital Federal.
El predio fue propiedad del Estado Nacional hasta que, el 30 de octubre de 1888, fue transferido a la Municipalidad de Buenos Aires, bajo el compromiso por escrito de que se hiciera cargo de todos los gastos que ocasionara su conservación y mantenimiento.
El nombre del parque fue propuesto por el diputado por Buenos Aires, Vicente Fidel López, quien lo sugirió en homenaje a la batalla de Caseros que tuvo lugar el 3 de febrero de 1852 y, en la cual, el ejército de la Confederación Argentina que estaba al mando de Rosas, por entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, fue derrotado por el Ejército Grande liderado por su par de Entre Ríos, Justo José de Urquiza.
En 1836, Rosas compra varios terrenos del por entonces llamado “Bañado de Palermo” y, durante su presidencia, Palermo de San Benito es, al mismo tiempo, la residencia del gobernador y la sede del gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Tras su derrota ante Urquiza, y por el decreto provincial Nº1474 del 16 de febrero de ese mismo año, se establece que “todas las propiedades pertenecientes a don Juan Manuel de Rosas existentes en el territorio de la provincia de Buenos Aires son de pertenencia pública”, expropiando de esa manera esos terrenos de Palermo, donde actualmente se encuentra emplazado el pulmón verde.
Por su parte, la Ley N° 364 de la provincia de Buenos Aires, determina que “a partir del 6 de octubre de 1862, los espacios de las plazas serán de uso común para la población, prohibiéndose entonces la construcción de mercados u otros edificios, así como también la enajenación de estos predios”.
A los pocos años de su inauguración, los porteños lo convirtieron en uno de los lugares más visitados a la hora de disfrutar de un día al aire libre. Así, los lujosos coches nacionales e importados que recorrían sus calles se mezclaban con los carromatos gitanos que ofrecían distintos espectáculos al aire libre.
Además, se realizaban festivales de bailes populares y se instalaron los primeros restaurantes y cafés, como el famoso “Café de Hansen”, y tampoco faltó la “Casa de Fieras” que, años más tarde, iba a dar lugar a la creación del Jardín Zoológico. También se creó la “Sociedad Sportiva”, en cuyas instalaciones se llevaron a cabo las primeras ascensiones en globo en la historia del país.
En 1891, el reconocido paisajista francés, Carlos Thays asumió como director de Paseos Públicos, quedando a cargo de la gestión del predio en el que tuvieron lugar las primeras obras destinadas al mejoramiento del lugar.
El Monumento a Sarmiento, el Rosedal, el Velódromo y más obras
Mientras en 1900, tuvo lugar la inauguración del monumento a Sarmiento, que estuvo a cargo del artista Auguste Rodin, seis años más tarde se iniciaron las excavaciones del actual Lago de Regatas y, en 1909, el entonces intendente Giraldes ordenó la demolición de los portones que durante más de tres décadas habían sido uno de los grandes símbolos del parque.
Aunque si bien algunas versiones indicaron que los mismos fueron llevados al establecimiento que la firma láctea “La Martona” tenía en la localidad de Vicente Casares, todavía hoy se pueden apreciar algunas pequeñas réplicas en las puertas de acceso al Jardín Zoológico de Buenos que funcionó hasta 2016 cuando cerró sus puertas para, desde el mes de diciembre de 2018, reabrirlas convertido en un Ecoparque.
En 1910, con motivo del Centenario de la Revolución de Mayo y en una sentida ceremonia que contó con la presencia de la infanta española Isabel de Borbón, se colocó la piedra fundamental al Monumento a los Españoles que se inauguró en 1927.
Cuatro años más tarde, el Rosedal se convertía en un colorido y gigante jardín al aire libre dentro del parque que, al igual que el puente de arquitectura helénica, el embarcadero, el templete y la pérgola, fueron ideados por el ingeniero agrónomo y paisajista argentino Benito Javier Carrasco, quien, también, diseñó el Jardín Botánico.
Ya por el año 1941, a fin de repoblar e incrementar la fauna avícola en el parque, que por esos días se encontraba prácticamente al borde de desaparecer, el gobierno municipal decidió soltar cerca de unas 3.000 aves de distintas variedades. En tanto que, una década más tarde, con motivo de los Juegos Panamericanos Argentina 1951, se inauguró el Velódromo Municipal en el que, además del ciclismo, se llevaron a cabo varias competencias.
Finalmente, en 1958 se emplazó en la intersección de las Avenidas Sarmiento y Figueroa Alcorta, el monumento a Justo José de Urquiza; en 1966 se inauguró el Planetario Municipal Galileo Galilei y en 1981 se inauguró el Monumento a Martín Miguel de Güemes, ubicado en la intersección de Avenida Figueroa Alcorta y la calle La Pampa, en el que cada 17 de junio se dan cita cientos de ciudadanos salteños para rendirle homenaje en el día de su muerte.
Hoy, a 145 años de su inauguración, el Parque 3 de Febrero es el espacio verde más concurrido de toda la Capital Federal, no solo por familias y grupos de amigos en busca de un poco de relax y descanso cerca de sus casas, sino, especialmente, por deportistas de las más variadas disciplinas que, definitivamente, lo adoptaron como su lugar favorito para conectarse con la Naturaleza.
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