Un grupo de 9 arqueólogos de la Universidad de Valencia, España, anunció oficialmente que está trabajando contrarreloj en la elaboración de un plan con vistas a rescatar un milenario naufragio fenicio que se encuentra hundido en las profundidades de las aguas de la región de Murcia, en el sureste de España.
Crece la demanda de barcos con patrón a bordo
Bautizado Mazarrón II, en homenaje a la región donde fue encontrado, este barco de ocho metros de largo que, según los expertos, data de 2.500 años de antigüedad, es considerado como una muestra única de la ingeniería marítima antigua.
Según explicaron los arqueólogos españoles, ya realizaron 560 horas de buceo durante más de dos semanas en el mes de junio para registrar todas las grietas y fisuras del barco, que se encuentra ubicado a 60 metros de la Playa de la Isla de Mazarrón y, si todo sale bien, el rescate tendría lugar el próximo verano español.
“Podría extraerse pieza por pieza utilizando las grietas existentes y volver a montarse fuera del agua como un rompecabezas”, explicó, a Reuters, el arqueólogo Carlos de Juan de la Universidad de Valencia-Instituto de Arqueología Náutica.
“Los historiadores han utilizado el Mazarrón II, que probablemente fue construido alrededor del 580 a. C., para documentar cómo embarcaban metales como el plomo desde la Península Ibérica”, agregó quien está a cargo de la coordinación de este ambicioso plan de rescate.
Después de hundirse, la embarcación permaneció enterrada en sedimentos durante más de 2.000 años, hasta que los cambios que se produjeron en las corrientes marinas como consecuencia de la construcción de viviendas que empezó a cobrar vida en la costa lo desenterraron hace casi 30 años.
Y, si bien actualmente está ubicado a aproximadamente unos 1,7 metros de profundidad en las aguas cristalinas del mar Mediterráneo, rodeado de sacos de arena y de una estructura metálica que fue especialmente construida para protegerlo, la misma se está está hundiendo en la arena a un ritmo mucho más rápido que los restos del naufragio, amenazándolos con aplastarlos, por lo que tuvo que ser removida parcialmente.
“Es más razonable rescatar el barco, tratarlo y exhibirlo en un museo para que la gente lo disfrute, en lugar de preocuparse cada vez que llega una gran tormenta”, comentó de Juan.
“La extracción nos va a permitir tener un estudio aún mayor del sistema de construcción naval de la época fenicia que es una parte muy importante de nuestra historia de la que queda mucho por conocer, porque nos proporciona información de las relaciones culturales y comerciales que ha habido siempre en la historia del ser humano", concluyó el arqueólogo español.
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