Armar una carpa en zona de montaña nos vamos a encontrar con una serie de condiciones especiales. La primera particularidad estará en el suelo, que va a ser rocoso e, incluso, puede estar cubierto de nieve. Sobre una superficie de piedra, las clásicas estacas de fijación de la carpa, diseñadas para suelos más o menos blandos, no van a poder clavarse. Como tampoco, en un terreno de acarreo (piedra suelta pequeña) no van a ofrecer un anclaje firme. Por lo tanto, la única alternativa que nos queda es usar piedras grandes para atar los vientos y unirlas a los ojales del piso con cordines.
Protección contra el viento
En superficies nevadas podemos asegurarlas con piolets (piquetas de escalada), bastones de trekking, esquíes, estacas largas de aluminio, piedras grandes enterradas o bollards, unos canales en forma de pera cavados en la nieve compactada. Una herramienta muy práctica en esta situación es la pala de nieve, que nos facilitará el armado del campamento. La mejor es la de aluminio, con mango desmontable y robusto. Es lo suficientemente pequeña y liviana para llevarla con nosotros y utilizarla en todo momento. Las piquetas de escalada servirán como otro posible elemento de fijación para las carpas.
En general, en las zonas de altura suele soplar bastante. Por lo que es aconsejable conocer ciertas técnicas para que resulte seguro el campamento. Si el lugar elegido está muy expuesto al viento, debemos intentar construir un parapeto alrededor de la carpa para que no nos golpee frontalmente y así mitigar, aunque sea en parte, la fuerza de su impacto. Este pequeño muro se puede hacer con piedras y/o nieve apisonada. La zona del perímetro debe ser lo suficiente grande para poder circular alrededor de la tienda y revisar el estado de los cabos tensores, como también para despejar la nieve acumulada en el caso de que esté nevando. A su vez, utilizando la pala de nieve, se puede cavar hasta formar una plataforma a un nivel inferior, una base para armar el campamento y que quede enterrado, menos expuesto a los vientos predominantes.
Armado del campamento
Debemos elegir lo mejor posible el lugar de emplazamiento, para ello hay que usar a nuestro favor las condiciones del terreno y escoger un lugar liso. El armado es más práctico si se hace entre dos o tres integrantes del grupo, donde cada uno conozca exactamente lo que debe hacer. Por ejemplo, un acampante debe sostener la carpa para que no se vuele, mientras otro pasa las varillas por los enganches y el restante tensa los parantes. Para fijarla al suelo seguramente vamos a necesitar nuestras piquetas, aunque sea momentáneamente si no tenemos ningún anclaje natural que nos ayude (grandes rocas).
Un buen truco es hacer un pequeño pozo en la entrada de la carpa, el cual nos permitirá entrar y salir con mayor comodidad. Con tiempo muy ventoso, e incluso con lluvias o nevadas, la entrada conviene colocarla en contra del viento. Este problema se minimiza con los modelos que tienen doble entrada, ya que pueden alternar su uso según convenga.
Por su parte, si el lugar está ligeramente inclinado, debemos posicionar nuestra cabeza en las zona más alta de la carpa. También hay que desplegar la bolsa de dormir temprano, para que se expanda al máximo y así saquemos provecho de toda su capacidad de aislamiento térmico. En general, las colchonetas de espuma o inflables no son esenciales solo por un tema de comodidad, sino para no perder calor corporal por la radiación hacia el suelo. Además, no debemos meternos en la bolsa con frío. Antes es aconsejable hacer un poco de actividad física para entrar en calor. Si la noche se presenta muy fría, lo mejor es dormir con un gorro de lana o polar, ya que ayuda mucho a conservar la temperatura del cuerpo. Durante el día, hay que procurar que el sol dé sobre el campamento, así se seca la humedad del rocío matutino. Además, en lo posible hay que mantener limpio el interior de la carpa y secarla antes de desarmarla y guardarla.
at Federico Svec
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