Ayelén y Leandro, una pareja de viajeros, nació en Olavarría, provincia de Buenos Aires, y en enero del 2021 formalizaron su noviazgo. Tenían un sueño en común: emprender un viaje, así que comenzaron a proyectarlo casi naturalmente. Lo llamaron “La vida misma” y los llevaría a recorrer toda buena parte del país, hasta llegar al Parque Patagonia, donde se encontrarían con los pumas.
Desde su ciudad natal, salieron a la ruta en noviembre del año pasado. “La idea inicial era recorrer de Ushuaia a Alaska, aunque hoy en día estamos abiertos a que el destino nos marque el camino”, explica esta pareja treintañera que se animó a convivir en el camper de 10 m², al que bautizaron “ChePaz”.
Buscan proteger al Puma Concolor
“Antes de salir de viaje hablábamos de los destinos turísticos de Argentina y de los lugares increíbles que no nos podíamos perder”, dice Aye. Uno de esos sitios, sin duda, era la Patagonia, donde esperaban avistar muchísimos animales. Aunque -aclaran- “sabíamos que había uno en particular que era muy importante para el ecosistema y muy difícil de ver: el puma”.
Fue así que investigando por internet encontraron el contacto de Facundo Epul, un joven emprendedor, guía de fauna y experimentado rastreador de pumas en la estepa patagónica. Para su sorpresa, las excursiones con Facu estaban dentro de lo que ellos habían marcado como destinos “imperdibles”.
Ayelén explica que si bien el guía les advirtió que el avistaje era difícil -porque la excursión consistía en ir a buscarlos dentro de su hábitat natural y podía demandar varios días “decidimos hacerla y sin duda fue la mejor experiencia que vivimos hasta ahora”.
Ocurrió el primer día en la meseta Sumich, cuando después de caminar unos 10 km, la señal del guía anticipaba que estaban muy cerca. “Caminar en el silencio de la estepa, seguir rastros fue muy emocionante”, describen. Facu indicó que se acercaran... en silencio y lo más sigiloso que la emoción les permitía, siguieron al guía hasta rodear una roca.
“Sentimos mucha adrenalina porque fue muy sorpresivo. Dimos con el hallazgo de una cueva de pumas con dos cachorros de alrededor ¡de un mes de vida! Les sacamos algunas fotos y nos retiramos para no molestarlos”.
El segundo día vino con la recompensa de encontrar a la madre puma: “Fue una sensación única, una mezcla de adrenalina, emoción, alegría y hasta un poquito de miedo”.
El aire fresco y la temperatura primaveral fue el marco ideal para estos viajeros. “Al subir al cerro más alto, pudimos ver el paisaje desértico de colores ocres y grises, contrastando con la sutileza de color en el fondo del Cañadón del río Pinturas, que es de color azul, reflejando el cielo y que alrededor está lleno de sauces muy verdes. Es una belleza increíble”
“Cuando empezamos a recorrer entendimos que no solo nos apasionaban los paisajes, sino también conocer a los habitantes de cada lugar, aprender sobre la flora y fauna que acompañan a cada montaña, llanura, o el mar”.
Estas experiencias únicas e inolvidables abundan en Parque Patagonia, para revalorizar el vínculo con la naturaleza y reconectar a través de los paseos únicos que propone el turismo sustentable y de observación. Que aprendamos a vivir y disfrutar cuidando el delicado equilibrio de nuestra casa común, como en “La vida misma”.
Para acompañar las aventuras de esta experiencia y el resto del viaje, pueden seguirlos en su canal de YouTube, La Vida Misma, y en Instagram @lavidamisma_ok.
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