Esquel reversionado: 6 aventuras de exigencia media

Emplazada en un marco natural de urbanismo verde, la ciudad de Esquel en la provincia de Chubut acomodó sus propuestas de verano para hacer “turismo adaptado”, experiencias para principiantes, familias y aventureros de poca monta pero espíritu inmenso.

El Arroyo Esquel recibe a los visitantes y le da límite a la ciudad de cabecera. A sus pies crecen cerros que la custodian día y noche, convirtiendo el valle en un eco de colores patagónicos para contemplar, aunque invita a animarse a mucho más. El parque nacional fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2017 , es nuestro y está aquí nomás!.

• El carnaval extendido. Que no pare la fiesta. Para el último fin de semana propone seguir viviendo con ánimo festivo pero con un homenaje al rey Momo distinto: con una batucada natural de pájaros, cascadas y fauna silvestre. Con paseos guiados por circuitos cortos en un parque único en su especie y como cierre este año suma la presencia de grandes artistas que se darán cita de regreso de las afueras de la ciudad, en el marco de su aniversario. Un trekking liviano por sus valles: el Nahuel Pan, la Zeta, la Cruz, Cerro 21 algunos de los que se recorren en estos tramos para divisar desde arriba la ciudad.
• Parador, caminata y telesilla. Dentro de sus imperdibles el destino mimado de la provincia de Chubut ofrece un parador con una vista única que impone un trekking liviano por las montañas, ya sin nieve pero rodeadas de lavandas. Y saludar a sus visitantes, vicuñas entre ellos. La Hoya es un destacado centro de actividades de montaña donde los ascensos son los protagonistas, de invierno y verano, un importante valor agregado. Además de la telesilla, ofrece un sendero que sube por el arroyo y conecta con los recodos del bosque de montaña para relajar lo ganado con su exquisita gastronomía.

• Media Maratón. Uno de los pocos lugares donde quienes no suelen correr pueden iniciarse a través de sus recurridas ediciones de “ Media Maratón; deporte y naturaleza se unen en estos magníficos eventos que congregan a visitantes de paso de todos los rincones del pais, entre familia y expertos. Una carrera de 21 kilómetros ( y otros 100 para la prueba aeróbica), donde los participantes recorren uno de los circuitos más fantásticos de la Argentina.

• Visita al abuelo. Una experiencia que implica una caminata de baja resistencia a través de bosques y corrientes de arroyos que bajan  desde el Parque Nacional Los Alerces, Patrimonio mundial y zona protegida, una de las visita obligadas. Allí también se pueden contratar excursiones lacustres, descubriendo cascadas, ríos patagónicos y una de las especies arbóreas más distinguidas de este parque: “el abuelo del bosque”, un alerce de más de 2600 años de sorprendentes dimensiones. Razón por la que recibe el nombre y un punto de reunión e historia. El bosque más antiguo de América del Sur, situado al oeste de la provincia del Chubut se declaró Patrimonio Mundial por la Unesco en 2017.

• Aventuras de bautismo. Si de aventuras se trata, partiendo de Esquel hay 4 travesías que garantizan un poco más de adrenalina: en kayak, ratfing, cabalgatas, Mountain bike y canopy. En Corcovado, se realizan las salidas en grupo de estas actividades donde se destaca el mountain Bike y el canopy por las copas de los árboles, algunas opciones más vibrantes. El rafting y las cabalgatas exigen algo más de resto físico.

• Por un cañadón. Para los menos aventureros pero que igual quieren disfrutar de vivencias únicas, lo ideal es una excursión a Piedra Parada. Esta maravillosa roca volcánica con más de 210 metros de altura conserva los secretos de antiguas poblaciones de la zona: testigo de ellos son las pinturas rupestres. En este mismo paseo es posible adentrarse un poco más y llegar hasta un cañadón serpenteado por paredones de 150m de altura. La última estación de este paseo es un tren de películas del lejano oeste. Con su trocha de apenas 75cm, “La Trochita”, sumerge en las  más variadas escenas que se hayan imaginado. El vapor se cuela entre el paisaje a medida que va recorriendo los 18km de relatos e historia , una oportunidad como pocas dado que no hay muchos en el mundo de estas características. Es un tren a vapor centenario y emblemático que, con un recorrido de tres horas,  su fuego de caldera disparando vapor al cielo desde la chimenea, sus vagones de madera, la salamandra encendida, el sonido del silbato y el traqueteo icónico, crean el entorno mágico de un viaje sin tiempo.