Los desarrollos armamentísticos no solo contemplan armas, sino también defensa. En este sentido, un equipo de investigadores rusos ha conseguido un nuevo material que permitirá construir chalecos antibalas muy superiores a los estándares actuales. Este compuesto se destaca por su resistencia y por ser sumamente ligero.
Las características de los chalecos antibalas dependen básicamente del peso de los materiales que se utilizan. En la actualidad se utilizan materiales compuestos de 0,97 g/сm3 de fibra de polietileno. Más atrás en el tiempo, era común utilizar aluminio o titanio.
Partiendo de esta base, un equipo de químicos del instituto científico y de investigación NIISV de Rusia ha logrado crear una fibra de polietileno con una fuerza específica que supera en 1,5 veces la del poliparafenileno tereftalamida, más conocido como Kevlar.
En un primer momento tuvieron dificultades para convertir el nuevo material en un tejido manipulable, en buena parte debido a su coeficiente de fricción y adhesión próximo al cero, pero con el tiempo pudieron desarrollar una tecnología de enrollado y compresión para crear diferentes piezas y estructuras.
El nuevo material tiene un peso específico de 0,98 g/сm3 y una resistencia de 950 megapascales, mientras que el Kevlar tiene un peso de 1,25 g/сm3 y una resistencia de 800 megapascales. Además, ingenieros rusos ya lo han empleado en la construcción de una serie de chalecos antibalas.
Estos chalecas han demostrado ser capaces de detener hasta balas de fusiles de asalto, algo nunca visto con un material tan ligero. En general, para brindar una protección así es necesario utilizar una protección combinada, que agregue una cerámica muy resistente, con un peso específico de 3 g/cm3, y un plástico orgánico en el interior del chaleco.
Otra cualidad interesante de este material es su flotabilidad, lo que permitiría desarrollar chalecos antibalas más prácticos para los infantes de marina. Un avance importante que promete traer importantes cambios en la protección personal.
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