Referentes de la División Perros de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires brindan las herramientas básicas para adiestrar canes en la búsqueda de presas y objetos. Foto: weekend

De mascota a compañero de cacerías

Referentes de la División Perros de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires brindan las herramientas básicas para adiestrar canes en la búsqueda de presas y objetos.

Por Weekend

Un cazador bien puede adiestrar de forma casera a su perro, ya que nadie lo conocerá mejor que él, dejando en claro que seguramente necesitará del consejo de un especialista o el apoyo de un asistente. Es importante iniciar a un cachorro y prepararlo día a día para esta actividad, teniendo en cuenta que habrá que proceder de la siguiente manera:

1. Comenzar el entrenamiento a partir de los 45 a 50 días de vida, con trabajo de habituación del cachorro a diferentes estímulos y escenarios, brindándole una estabilidad emocional y motriz, actitudes esenciales para colaborar y acompañar a su dueño en la búsqueda de presas. Al mismo tiempo se hacen ejercicios de juego para despertar el instinto. Y para disciplinarlo se implementará el método de recompensa con alimento. Esto hará que el cachorro muestre entusiasmo e interés en los ejercicios diarios, en lapsos cortos para no generar aburrimiento o desgano. En primera instancia será el adiestrador quien juegue con él. Una vez que haya comprendido la metodología, una segunda persona podrá colaborar con el adiestramiento y será el encargado de realizar los juegos de esconder las muestras de olor a medida que se vaya progresando, hasta llegar al objetivo perseguido.

2. Los elementos que se utilizan para mejorar el entrenamiento son: correas de diferentes medidas, collares fijos, mordientes, pelotitas, juguetes para perros y todo aquel elemento que ayude a fijar conductas, aumentar los impulsos, la impregnación de olores, etc. Esta actividad fortalecerá el vínculo con el guía.

3. Es recomendable el inicio del proceso de selección y estimulación temprana al segundo día de haber nacido, escogiendo al cachorro adecuado para iniciar esta estimulación mediante una serie de ejercicios que lo fortalecerán en su desarrollo mental y físico, en las etapas posteriores de su entrenamiento específico.

En el proceso de selección se estimulará el olfato alejando a la cría de la mama de su madre entre 5 y 10 cm, una manera de favorecer el desarrollo del olfato en toda su amplitud. Es momento de aprovechar para observar su motricidad (estos ejercicios se harán dos veces por día con cada cachorro). A partir del día 20 se lo comienza a destetar y es el momento de empezar con la impresión de olor en un lugar confinado a la alimentación de los cachorros, donde también se colocarán frascos estériles con las sustancias que deseen que el perro busque (en este caso plumas de perdiz y pelos de jabalí). Cuando encuentre el olor especial se le dará una recompensa alimenticia. De esta forma el animal interpretará que, siguiendo un olor de referencia, encontrará al acompañante que lo premiará con una golosina.

4. El tiempo que tomará adiestrar al perro dependerá de la raza y las horas dedicadas al proceso; normalmente insumirá unos nueve meses. Atención que no es lo mismo que el perro encuentre la presa a que pueda realizar una búsqueda por un tiempo prolongado y en un área extensa, ya que hay que tener en cuenta que el imprinting de los olores en la especialidad perros de caza se produce a largo plazo.  

5. Durante el proceso de enseñanza jamás se debe dar una orden negativa o reprimir su instinto natural de exploración; siempre tiene que estar asociado a un espacio positivo. Por otro lado, nunca se la debe confinar a un único ámbito, porque también deben actuar en espacios con distintos factores que, si no aprenden a diferenciarlos, se pueden convertir en elementos de distracción.
Jamás hay que perder la paciencia porque el can –al igual que los humanos– tiene días buenos y malos; será nuestro deber conocerlo para tener una buena lectura de su estado antes de comenzar a trabajar.

6. Es primordial que la mascota tenga un carácter estable, que no presente inquietud por una posible agresión, que no sea temeroso; estos defectos pueden ser prevenidos haciendo los trabajos de estimulación temprana, sociabilización y habituación en distintos escenarios y con diferentes ruidos (teniendo en cuenta recurrir, para esta especialidad, a la utilización progresiva y a distancia de las detonaciones producidas por un arma –pueden ser simuladas– de menor a mayor intensidad sonora). No hay que dejar nada librado al azar.

Nota completa en Revista Weekend del mes de Diciembre, 2018 (edicion 555)

En esta Nota