Para un verano sin sobresaltos, a la hora de jugar o pasear y convivir con nuestro amigo en el espacio de vacaciones elegido habrá que tener en cuenta los riesgos que se presentan en el nuevo terreno. Se impone hacer un repaso del entorno y verificar que todo esté tan seguro como en su entorno habitual. Algunas plantas pueden resultar tóxicas, la seguridad del perímetro vulnerable y habrá nuevos objetos que despertarán su atención.
- Plantas tóxicas. Si bien suelen ser un más comunes entre las reconocidas como de interior, en sus vacaciones las mascotas suelen tropezar con lirios, aloe vera, hiedras, dieffenbachias, caladiums, zamioculcas y ciclamen. Variedades de alta toxicidad, que será mejor mejor mantener fuera del alcance. Si no se pueden alejar lo mejor será invertir en algunos cobertores de PVC, delimitar y proteger la planta tapándola como si estuviera bajo efecto invernadero y retirar el protector durante la noche para no alterar su bio.
- Sustancias peligrosas. Productos químicos de limpieza de piscinas o de pantallas, cosmética de protección solar o medicamentos suelen dejarse a mano en el jardín y son muy dañinos, especialmente para los perros. Las consecuencias de la interacción de la mascotas con ellos pueden ir desde reacciones alérgicas hasta el compromiso su vida. Se impone revisar permanentemente su guardado, preferentemente en espacios aéreos, mucho mejor con cerradura.
- Caídas de balcones o pozos. Dos de los percances más frecuentes cuando exploran el nuevo domicilio. Habrá que evitar que caigan o queden atrapados. Usar barreras para las escaleras, mantener cerradas las ventanas y puertas externas y bloquear aquellas que dan a balcones. Y asegurarse de que no haya baches de otros visitantes del jardín o perforaciones ( de viejas bombas, postes o guaridas de animales) que han quedado sin señalizar.
- Cables eléctricos y enchufes. Son muy tentadores para masticar y también pueden enredarse en ellos. Esconder los que haya a su alance o buscar objetos de protección como tapas de enchufe será el nuevo desafío.
- Nuevos objetos. Alquilar un espacio vacacional pet friendly incluye saber tener el respeto por los enseres que se ofrecen. Objetos de decoración pequeños o muebles mejor retirarlos de la circulación sin no se quiere tener malos entendidos con el locador. Son de las cosas que más provocan denuncias y conspirar a la hora de devolver el depósito que suele dejarse por la propiedad rentada. Existen también los llamados caniles portátiles para protegerlas.
- Cercas de bajo mantenimiento. Al llegar a la nueva locación habrá que revisar el perímetro para asegurarse de que no haya huecos en el alambrado o que el mismo se encuentre demasiado distante del piso lo que podrá provocar horas de excavaciónes muy divertidas para el futuro escape de la mascota. Verificar este punto y si es necesario reforzarlo con alguna malla adquirida en una ferretería será más expeditivo que hacer un reclamo. Muchas mascotas también juegan a trepar. No es un tema menor carecer de cercas o jugar en espacios que no las contengan.Uno de los ítems para evitar el inesperado estrés de vacaciones.
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