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TURISMO | 27-12-2018 13:50

Patagonia: aguas cristalinas con el paraíso de fondo

Desde Neuquén hasta Chubut, cuáles son las mejores playas sobre ríos, lagos y balnearios para disfrutar de unas vacaciones diferentes.
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Neuquén

 

San Martín de los Andes. La ciudad es una propuesta que se mantiene vigente a lo largo de todo el año gracias a la increíble belleza natural que la rodea. En este sentido, el verano resulta ideal para aprovechar al máximo el lago de agua cristalina que se encuentra a sus pies.

Apenas uno entra en San Martín de los Andes, lo primero que llama la atención es la costanera del lago Lácar, con su extensa playa de arena y el muelle turístico, desde el que parten diariamente excursiones hacia el balneario de Quila Quina y el área de Hua Hum. Además, sus aguas son perfectas para bañarse (en febrero alcanza su mejor temperatura) y realizar canotaje, kayakismo, velerismo, buceo y hasta paseos en bicicletas de agua que se pueden alquilar en el lugar. Es un lugar idóneo para descansar y relajarse, mientras se alternan días de playa con otros de excursiones y diferentes actividades al aire libre que ofrece este típico paraje patagónico.

Además, a poca distancia hay otras playas que también vale la pena visitar: Villa Quila Quina, lago Lolog, Catritre, La Islita y Yuco (de la que hablaremos en profundidad más adelante). Son cinco lugares que ofrecen una extensa costa con frondosas arboledas que las hacen ideales para aprovechar del aire libre, mientras se acampa y se está en contacto con el bosque, las montañas y los animales que desfilan por la orilla.

Ruta de los Siete Lagos. Se podría decir que prácticamente no necesita presentación, ya que es un must para cualquiera que recorra la zona. Desde San Martín de los Andes hasta Villa La Angostura, en tan sólo 110 km de la Ruta 40, uno puede disfrutar de los paisajes más encantadores de la Patagonia argentina.

Conformado por los lagos Lácar, Machónico, Falkner, Villarino, Escondido, Correntoso, Espejo y Nahuel Huapi (el octavo aparte del “circuito tradicional”), este paseo se puede realizar en el día o en etapas, ya que a lo largo de él hay varios campings y cabañas para descansar y pasar la noche.

En cualquiera de estos lagos es común la práctica de la pesca deportiva y de diferentes actividades acuáticas. Entre todos, el Falkner se destaca por sus enormes playas de arena, perfectas para relajarse y descansar, mientras que el Correntoso es el mejor para zambullirse, ya que sus aguas de color verde-azulado son las más cálidas.

Yuco. A sólo 28 kilómetros de San Martín de los Andes, este área recreativa casi virgen ofrece aguas tan turquesas como las del mar Caribe. Yuco descansa sobre la orilla del lago Lácar y no cuenta con ningún tipo de infraestructura o servicio, pero su riqueza natural es tan grande que muchos la consideran una verdadera joya oculta.

Antes de llegar al lago, después de estacionar el auto, uno debe atravesar un verdadero túnel conformado por colihues y raulíes. Tras este breve trekking por el bosque, la playa se ofrece al visitante con su hermosa agua, que va del color azul al esmeralda. Si uno camina entre las grandes piedras que dividen la costa, podrá encontrar playas más chicas, con piletones naturales perfectos para refrescarse. Por su parte, los más osados suelen escalar estas enormes piedras y, desde allí, zambullirse en las aguas.

Es una alternativa muy atractiva, en especial para los que buscan desconectarse de todo y disfrutar de uno paisaje único, en el que la mano del hombre todavía no ha dejado su huella.

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Río Negro

 

El Bolsón. En los últimos años la reconocida localidad ha consolidado un nuevo atractivo turístico: el río Azul. A lo largo de su traza, que se puede recorrer caminando o a caballo, se pueden encontrar diferentes pozones que van desde el color turquesa hasta el verde esmeralda más increíble.

Sobre el río se puede parar en diferentes refugios y campings como La Playita, La Tronconada, El Conde, Cajón del Azul, El Retamal, La Horqueta, Casa de Campo y Los Laguitos; desde este último se accede al lago Soberanía, un espejo muy buscado por los turistas. Otra forma de acceder al río Azul es a través de los campings Paraíso, Hue Nain y Doña (a 12 km en auto desde El Bolsón), que cuentan con espacio para carpas, baños y proveeduría. Además de un chapuzón en las azuladas aguas, también se puede practicar rafting, stand up paddle y kayakismo. También es recomendable visitar las diferentes cataratas que hay cerca, como Cascada Escondida, Catarata de Mallín Ahogado, Catarata de Nahuelpan y Catarata de la Virgen.

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Valle del Manso. Ubicado entre Bariloche y El Bolsón, este pequeño edén patagónico es un sitio perfecto para desconectarse de todo y sumergirse en un paisaje natural que parece sacado de un sueño.Cruzado por las cristalinas aguas del río Manso, el valle atraviesa la periferia meridional del Parque Nacional Nahuel Huapí. Si se sigue su recorrido, se pueden ver los lagos Mascardi, Los Moscos, Hess y Steffen, mientras el bosque virgen domina todo el escenario con su tonalidad verde.

En el verano, el camping La Pasarela es uno de los sitios más recomendados para disfrutar de un día de playa a la vera del río. Allí se pueden encontrar varios pozones donde refrescarse; además, el rafting es la actividad estrella del lugar. Por su parte, el camping cuenta con restaurante, proveeduría, alquiler de bicis, cabalgatas y varias opciones para pasar el día o dormir en carpa o cabañas.

 

Chubut

 

El Hoyo. En medio del hermoso valle precordillerano, la pequeña localidad de El Hoyo se erige como un punto de referencia en torno al cual se puede disfrutar de toda la belleza natural de la zona y de la Fiesta de la Fruta Fina.

A sólo 14 km del casco histórico se encuentra Puerto Patriada, un balneario paradisíaco sobre el margen norte del lago Epuyén. El veraneante puede disfrutar de su playa de arena fina y sus aguas transparentes, templadas y navegables, en las que se puede practicar kayak, sit on top, vela, buceo y pesca deportiva.

Tampoco hay que dejar de lado el impactante marco natural, que se presta para diferentes tipos de paseos y actividades pensadas para la contemplación de la fauna y flora local. Entre tantos atractivos, no puede faltar una visita a la catarata Corbata Blanca, un salto de 80 metros de altura; a las lagunas Los Alerces y El Espejo, y al cerro Pirque, donde se puede ver al huemul y el ciervo enano, como también al imponente cóndor andino.

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Lago Puelo. Esta villa de montaña ofrece hermosas postales naturales gracias a la conjunción de la cordillera de los Andes y el Parque Nacional Lago Puelo. Además cuenta con un microclima privilegiado, que asegura un verano con temperaturas que rondan los 30°. Gracias a esto, Lago Puelo es el balneario ideal de la comarca.

El espejo de agua, del que recibe el nombre la ciudad, está a poco más de cuatro kilómetros. Sus aguas turquesa son una invitación para los que quieran refrescarse y relajarse con el hermoso paisaje patagónico. Además, en el lago se pueden realizar diferentes actividades para aprovechar el día como kayakismo, paseos costeros, caminatas, pesca deportiva, cabalgatas, escalada, excursiones y avistaje de flora y fauna. A su vez, la gastronomía es otro de los grandes atractivos de la zona. La ciudad se destaca por la producción de frutas finas y su Ruta Cervecera, un recorrido para degustar y conocer a fondo las ocho fábricas de cerveza artesanal que se instalaron en la zona y ofrecen su producción.

Como vemos, un verano playero, tranquilo, en contacto con la naturaleza y lejos del mar es muy posible en nuestro país. Solo es cuestión de cambiar el chip y animarse.

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Juan José Lanusse

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