Friday 29 de March de 2024
PESCA | 19-10-2017 08:49

Informe especial de pesqueros correntinos

Realizamos una recorrida por tres de los pesqueros más clásicos de la provincia litoraleña. Esquina, Bella Vista y Empedrado lucen recuperados luego de las inundaciones. Galería de imágenes.
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El río se viene acomodando y el Paraná medio esta mostrando su mejor faceta de pesca. Luego de una creciente pronunciada y de quedar bastante desdibujada la figura de varios pesqueros en la parte central de la provincia de Corrientes, hoy podemos decir que se está recuperando la pesca y el tradicional paisaje de la zona. Recorrimos varios puntos del Litoral pero nos detuvimos en tres de sus principales pesqueros: Esquina, Bella Vista y Empedrado, lugares con diferentes encantos pero con un denominador común: la pesca deportiva y sus especies. Durante una semana de recorrido entramos en cada uno de los pueblos y compartimos con guías y amigos diferentes momentos de pesca, logrando varias capturas de la pesca que nos habíamos propuesto, destacándose dorados, surubíes y algún pacú.

Esquina

La primera etapa transcurrió en el pueblo correntino de Esquina, a tan solo 600 km de Capital Federal, donde vamos a encontrar un enmarcado delta con muchas posibilidades de pesca. La idea era utilizar este pesquero para hacer nuestros intentos bajo la modalidad de spinning y baitcasting exclusivamente. Y la mejor manera de concretarlo era ponernos en contacto con el guía Matías Pavoni, ferviente pescador e innovador en materia de pesca con artificiales. Para divertirnos y lograr buenas capturas llevamos equipos con dos potencias diferentes y un largo de hasta 1,90 m, cañas de 8 a 14 lb (1 libra = 0,453592 kilo) y de 10 a 17 lb con reeles tipo huevitos o rotativos de bajo perfil, cargados algunos con hilo multifilamento de 30 lb y otros con multi de 50 lb. Esto es así porque a veces debemos pescar entre raigones y algunos cortes de bancos, y si el hilo es más grueso podemos tener una ayuda extra antes del corte. Para el spinning elegimos cañas de hasta 2,10 m de largo, con una potencia de entre 10 y 16 lb.

Las cajas de señuelos rebalsaban de muñequitos, había que llevar todo para no fallar en la pesca y no ser retados por el guía. Salimos del lodge privado y comenzamos a pescar sobre el río Paraná, muy cerca del puerto. Entre árboles y algunas barrancas bajitas se fueron dando los primeros piques, nada extraordinario, pero muy divertido. Seguimos río abajo hacia el riacho Espinillo y ya se veía que algo bueno iba a pasar. Matías nos indicó el señuelo que debíamos utilizar y fue instantáneo: piques simultáneos de dorados de entre 3 y 6 kg, destacándose algunos que superaban los 8 kg. La pesca estaba hecha y nosotros debíamos seguir rumbo norte hasta nuestro próximo destino.

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Bella Vista

Volvimos hacia la costa, cargamos todo en la camioneta y sin pausa pusimos rumbo hacia Bella Vista, otro pesquero con un gran delta y la particular faceta que despierta capturar pacúes al golpe y a la espera. Para este tipo de pesca nos pusimos en contacto con Leonardo Cantalupi, un amigazo que nos llevaría a recorrer algunos arroyos en busca de esta preciada especie. Para pescarlos armamos equipos de spinning con cañas cortas para arrojar nuestros aparejos debajo de los árboles de ingá y algunos frutales que sirven de buena comida a estos peces. Como carnada llevamos coquitos, naranja y masa preparada a base de coco. La línea es muy sencilla, plomitos corredizos de entre 5 y 20 g y anzuelos del tipo Maruseigo atados con 10 cm de cable de acero, pues el pacú posee una dentadura muy fuerte. Se encarna y se va arrojando hacia la costa: el pacú come habitualmente en esa caída. Hay que estar muy atento y una vez clavado disfrutar de su pelea. Leo nos comentaba que aún no se hallaba firme la pesca de pacú, pero que íbamos a intentarlo. En cambio, dorados y cachorros de surubí estaban saliendo y recomendaba esa pesca. Nosotros nos abocamos a la difícil tarea de buscarlos e intentar pescarlos, cosa que resultó muy difícil, pero igual pudimos acercar a la lancha un par de platitos no muy grandes. Tarea cumplida.

Empedrado

Nos quedaba un paso más, y era llegar a Empedrado para intentar dar con algunos de

los grandes surubíes, pescándolos haciendo trolling. Esta modalidad consiste en una pesca con la lancha en movimiento, arrastrando en este caso señuelos de paletas largas para rascar bien el fondo, lugar donde se depositan los surubíes a la espera de su comida. Para cumplir con este propósito de pesca a trolling, utilizamos cañas de hasta 2,40 m con reeles rotativos cargados con hilo muy fino, para así lograr rápidamente profundidad pero que a su vez sea resistente. Colocamos señuelos del modelo banana y comenzamos el derrotero a bajas revoluciones y en zigzag para poder relevar diferentes puntos de pesca. La verdad, los portes que se dan son muy buenos, con capturas que superaron los 30 kg. Obviamente también pinchamos algún dorado, pero la idea era dar con los grandes toros del río, y así fue. Sin dudas es una pesca más de calidad que cantidad, pero cuando uno se propone determinada pesca y se da, la satisfacción es enorme. No nos equivocamos en elegir esta parte del corredor del río Paraná. Luego de varias charlas con guías y lugareños nos decidimos por estos pesqueros, para en cada uno realizar pescas muy diferentes pero igual de gratificantes. Esquina, Bella Vista y Empedrado los esperan como siempre, con la mejor onda y enormes posibilidades de pesca, donde siempre late la chance de lograr un trofeo.

Nota completa publicada en revista Weekend 541, octubre 2017.

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Julio Pollero

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