Wednesday 24 de April de 2024
TURISMO | 05-05-2023 09:00

La NASA desde adentro: una aventura inolvidable

El sueño de grandes y chicos hecho realidad: vivir de cerca la historia de la aviación espacial admirando los cohetes originales, algo que solo se da en el Kennedy Space Complex Visitor Center. Además actividades para chicos y grandes, simuladores, cine y teatro en un experiencia inmersiva.
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Patricia Daniele
Patricia Daniele

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Editora Ejecutiva de revista Weekend y su web, Editora General de Vivo.Perfil.com y de Luna teen.perfil.com. Columnista de espectáculos en Perfil.com y Reperfilar. Especializada en turismo y servicios al turista, gastronomía y lifestyle, series y TV paga, teatro y recitales, tendencias del mundo joven. TW e IG. @pato_daniele

¿Quién no soñó con visitar alguna vez la NASA, ver de cerca los cohetes espaciales, descubrir cuán grande es un transbordador y cómo es la preparación física de los astronautas? Pues todo eso y muchas cosas más se descubren, viven y experimentan en el Kennedy Space Center Visitor Complex que está cerca de Cabo Cañaveral, punto de partida para los lanzamientos al espacio de la Florida.
El predio ubicado en Space Commerce Way, Merritt Island, a casi 100 km del aeropuerto internacional de Orlando, abre a las 9 AM y antes de ese horario hay cola de autos para entrar. Tal es la atracción que genera esta especie de parque de diversiones temático. El costo del acceso es de U$S 75 por jornada para los adultos (dos días por U$S 89) y se recomienda tomarse más de uno para recorrerlo por toda la oferta que brinda. Y en la entrada, mientras expendedoras automáticas venden el ticket y hacemos la cola para ingresar esperando la hora de apertura, vemos pasar a nuestro lado a un astronauta vestido como para caminar por la luna. ¿Adónde va? Entonces se escucha el himno estadounidense y todos se dan vuelta con la mano en el pecho: fue a izar la bandera, tradición diaria en este enorme ámbito cercano a Titusville. Ahora sí, cumplida con la ceremonia, se ingresa pasando por detectores de metales (algo que ya se repite en todos los parques de la este estado).

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Y traspasada la puerta, la mirada se pierde en una decena de cohetes ubicados verticalmente en el horizonte: son todos reales, la mayoría no llegó a usarse y llevan la vista hacia arriba. ¿Adónde vamos primero? Elegimos la atracción más nueva para arrancar la aventura: Gateway, un gran edificio que alberga naves espaciales y fragmentos de secciones de cohetes como la cápsula Orion Exploration Flight Test-1 (EFT-1) o el cargo Dream Chaser. Es apenas el punto de partida de una visita inolvidable que, en primera instancia, ofrece cuatro simuladores para experimentar. Elegimos el de Marte, Red Planet, que nos lleva a recorrer (con mucho movimiento) su superficie y a meternos en sus cavidades. ¡Es altamente recomendable!
A esta altura ya queremos empezar a compartir la experiencia con los seres queridos y para eso el wifi gratis que hay en el predio es super rápido y tiene cobertura en todo el trazado. También se aconseja descargar la aplicación KSC Guide, que está en castellano y es gratuita, incluye los horarios de las diferentes atracciones (hay películas en una sala IMAX, por ejemplo), los encuentros con astronautas y hasta tiene una brújula para que puedas orientarte dentro del parque.

Sigue mirando hacia arriba

Seguimos caminando y nos sorprende un enorme tanque naranja que se recorta en el horizonte sostenido por dos cohetes blancos. Es el tanque de combustible del Atlantis (1985). Y vamos a su sector, otro espacio cerrado que cuenta la historia de 30 años de transbordadores por medio de videos presentados de manera muy gráfica (en inglés) y la información más curiosa es cómo identificaron al material cerámico Z93 para proteger su estructura del calor y la corrosión. De pronto se ilumina detrás de la pantalla y vemos al Atlantis frente a nuestros ojos, el original que participó en 33 misiones. También se puede experimentar en un simulador cómo son los movimientos y la presión a que son sometidos los pasajeros en este tipo de naves. Aquí todo es interactivo: en diferentes sectores se puede comandar la nave, atravesar sus pasillos y evocar a los astronautas fallecidos en los accidentes del Challenger y el Columbia a través de objetos donados por sus familiares. También exhiben restos de los fuselajes.  

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Ya es hora de parar y recargar fuerzas, por lo que elegimos almorzar en el Orbit Café con un ticket de U$S 15 precomprado que se acredita en una máquina automática y alcanza para plato, bebida y postre en este fast food. Hay tanto hamburguesas como ensaladas abundantes, uvas frescas embolsadas y golosinas. Con ese monto sobra para comer pero no entrega vuelto. Hay mesas adentro (con aire acondicionado) y afuera a la sombra. Y todo es muy rico.
Como novedades, agregaron un espectáculo infantil de teatro negro que comenzó hace pocos meses, “All Systems Are Go!”, protagonizado por Snoopy y Charlie Brown, personajes de larga relación con la NASA, y es adorable. Es una buena excusa para parar un rato y descansar, inmersos en una obra infantil preparada especialmente. Y al final se pueden sacar fotos con los personajes. También hay un sector para chicos denominado Planet Play, que simula las superficies planetarias entre deslizadores y juegos diversos.

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Pero nosotros estamos muy excitados porque vamos a tomar uno de los micros gratis que llevan hasta el Centro Apollo/Saturn V, área de acceso restringido del Centro Espacial Kennedy. Allí se ven las instalaciones operativas de la historia y el futuro de los vuelos espaciales estadounidenses. Primero se repasa desde las pantallas y luego ingresamos a la sala de comando auténtica de estas misiones, para revivir como fue en su momento la puesta en órbita de esas naves. A la salida, un enorme hangar exhibe desde una nave Apollo al Módulo Lunar 9 reales y permite revivir en un teatro cómo fue el primer aterrizaje lunar ejecutado por Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin en 1969. Incluso los visitantes pueden sacarse una foto con traje de astronauta.
Esta experiencia, que es variable porque en sus alrededores todo sigue funcionando, culmina a las 15.30 y en el camino se pasa de cerca por el primer sitio de lanzamiento (apenas una casita), el edificio de ensamblaje de cohetes de los años ‘60, tan grande que se ve a kilómetros de distancia, y la fábrica de Blue Origin de Jeff Bezos.   

Con ganas de volver

Rodeado de una reserva nacional, el predio tiene espacio también para el recuerdo y el homenaje, con una exhibición denominada Heroes and Legends, el salón de la fama de los astronautas. Una presentación fílmica muy cuidada prepara al visitante para ver más cohetes originales que muestran su interior, así como la exhibición de elementos usados por estos pilotos como cascos, trajes y hasta la revista Life en la que salieron los iniciadores de la NASA, con John Glenn a la cabeza, para promocionar la creación de la nueva agencia estadounidense a fines de los ‘50. 

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Un lugar tan especial como este, que genera atracción en personas de todas las edades, tiene programas como Vuela con un astronauta (por U$S 206, el próximo el 26/5), presenciar los lanzamientos (como el de SpaceX el 8/5) o ser testigo del nuevo nombramiento en la ceremonia del hall de la fama de Roy D. Bridges Jr. y Mark Kelly como nuevos miembros (el 6 de mayo). Pero sin dudas, mejor que contarlo es vivirlo y les puedo asegurar que, si vna, tendrán una experiencia inolvidable. 

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Editora Ejecutiva de revista Weekend y su web, Editora General de Vivo.Perfil.com y de Luna teen.perfil.com. Columnista de espectáculos en Perfil.com y Reperfilar. Especializada en turismo y servicios al turista, gastronomía y lifestyle, series y TV paga, teatro y recitales, tendencias del mundo joven. TW e IG. @pato_daniele

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