España es un destino clásico para los argentinos por múltiples motivos, entre los que se conjugan la historia, la amabilidad de los locales y una comida grandiosa. Pero más allá de los sitios renombrados, hay una región que está poco difundida entre nosotros y es Cantabria, al norte, con playas soñadas, un paisaje siempre verde y pueblitos de cinco o seis casas ubicadas a la vera de curvilíneas rutas.
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2023 será el Año Jubilar Lebaniego y toda Cantabria está en la cuenta regresiva pues esperan recibir a miles de peregrinos del Camino de Santiago. Partiendo de la hermosa ciudad de Santander (foto arriba), cabecera de la región, se puede hacer un recorrido turístico por carreteras de montaña siguiendo el Camino Lebaniego (una parte del Camino de Santiago) que incluye trekking, recorridos por palacios e iglesias antiquísimas, zonas de baños termales y hasta la Cueva de Altamira, Patrimonio Mundial desde 1985. Hay muchas cosas para hacer aunque las distancias no sean tan largas.
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Uno de los que está esperando a los visitantes de este año jubilar que comenzará en abril es Ernesto (foto arriba), un sacerdote muy activo a sus 85 años que recibe a caminantes y refugiados en el albergue La cabaña del abuelo Peuto, también casa de acogida y actividades socio culturales. Allí hay encuentros, reuniones, convivencias y cosas para que haga la gente joven (clubs del Barrio San Francisco). Lo creó en 1988, cuando decidió comprar un terreno anexo a la casa de su familia para desarrollar un proyecto social y crear la Asociación “La Cabaña del Abuelo Peuto”.
Es que nació en esa casa que está en la localidad de Güemes y el hombre cumplió su sueño de unir su ciudad natal con las del mismo nombre en Salta (Argentina) y en México. Por supuesto que este avezado caminante lo logró y exhibe las pruebas en el albergue para 100 personas. El Año Jubilar Lebaniego comienza cuando el 16 de abril cae en domingo y es un período para la iglesia católica de conceder indulgencias a los fieles. Este será el 75°, pues empezó a celebrarse hace más de 500 años en el monasterio de Santo Toribio de Liébana, manejado por la fraternidad franciscana.
Justamente, este monasterio es la culminación de este trayecto del Camino, pues conserva una reliquia muy especial: un leño de la cruz en la que murió Jesucristo. A partir del siglo IX se encuentra en este templo la reliquia del Lignun Crucis, Leño de la Cruz (foto abajo) y fueron muchos los peregrinos que en su ruta a Santiago se desviaban para venerarla y pedirle buenaventura para el trayecto. Así fue que, en el siglo XVI, el Papa Julio II le otorgó la categoría de Año Jubilar cuando el 16 de abril, festividad de Santo Toribio, coincida con domingo.
Este precioso monasterio es uno de los cuatro lugares Santos de peregrinación perpetua de la Iglesia, aumentados a tres más en la actualidad. Los peregrinos que hacen este Camino, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, se llaman Cruceños por ser peregrinos de la Cruz. El trayecto se puede hacer desde el Camino de Santiago por el Norte (camino de la Costa) o el Francés (camino de la Meseta), pues la comarca Lebaniega está entre los dos. Si se viene desde San Vicente de la Barquera, aproximadamente unos 70 km, se atravesarán pequeños pueblecitos y zonas de montaña de gran belleza. Es duro y conviene ir preparado pero el exigido trekking sirve para templar el alma y fortalecer el cuerpo.
En sucesivas notas iremos revelando los sitios turísticos que se recorren con esta propuesta. Ya verán que son inolvidables.
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