A tan sólo 120 km de la Ciudad de Buenos Aires, Chascomús combina historia, naturaleza y una oferta turística en constante evolución. La ciudad bonaerense no sólo es conocida por su laguna y la pesca, además se reinventa para romper la estacionalidad, diversificar el modelo de turista y consolidarse como un destino que ofrece experiencias únicas para atraer a un público más amplio y exigente. A continuación una lista con los ocho lugares para descubrirla.
Pejerreyes en el nuevo pesquero Don Paso
- Casco Histórico de Chascomús: donde la tradición cobra vida. Recorrerlo es viajar al pasado, porque la ciudad tiene grabada en sus calles, literalmente, la historia de nuestro país. Su epicentro es la plaza principal, rodeada por edificaciones que narran historias de una Argentina en crecimiento. Entre los edificios más destacados se encuentra el Palacio Municipal, testigo de decisiones emblemáticas desde su construcción, en 1939, por Francisco Salamone (foto arriba). Se destaca por su elegante fachada y estilo ecléctico. A pocos pasos, el Reloj de los Italianos, construido por Sallaberry y donado por la Sociedad Italiana a la comunidad en el centenario de la Revolución del Sud, marca el tiempo en sus cuatro caras, constituyendo un símbolo de la zona. Le siguen la Catedral Nuestra Señora de la Merced, consagrada como tal por Juan Pablo II, un templo imponente que guarda tesoros arquitectónicos y religiosos; el edificio del Banco Provincia, otro emblema de la época, resalta por su estructura clásica y el Teatro Municipal Brazzola es el epicentro de la vida cultural de la ciudad. Y como guiño a la nostalgia, la antigua sede del primer correo, situada en una esquina estratégica, evoca con su buzón rojo los días en que la correspondencia unía a los vecinos y hoy es un lugar perfecto para capturar una postal inolvidable.
- La Casa de Casco: ubicada en la esquina de Sarmiento y San Martín, es una parada obligada. Construida en 1831, fue la primera de alto de la ciudad y escenario de momentos clave como los festejos de los federales tras la Batalla de Chascomús, a pesar de que su dueño, Vicente Casco, había luchado en el bando contrario. Con el tiempo se transformó en el Archivo Histórico Municipal, pero también dejó su huella en el cine. En 1984 fue locación de la película Camila dirigida por María Luisa Bemberg y protagonizada por Susú Pecoraro e Imanol Arias. Hoy, esta joya arquitectónica sigue siendo un testimonio de la historia, un lugar que vale la pena recorrer y, en temporada de magnolias, aspirar su delicioso aroma.
- Casa Laurel: un hotel boutique con historia y estilo además del homenaje a Raúl Alfonsín, que se posiciona como la opción más exclusiva de Chascomús, ideal para quienes buscan una experiencia de lujo. Inaugurado hace un año y medio, combina un diseño sofisticado con un legado histórico único. Emplazado en la antigua residencia de ex mandatario, la propiedad conserva elementos arquitectónicos originales de 1919 como los ventanales y una estructura de casa tipo vagones, ya que fue construida por habitaciones, que evocan la época en que el Alfonsín vivió allí con su familia entre 1957 y 1972. El hotel cuenta con 13 habitaciones (12 estándar y una suite conocida como la Suite Presidente, que le rinde homenaje al presidente y a su legado). Además, los actuales propietarios han integrado un espacio evocativo que recuerda la figura del líder político y su aporte al regreso de la democracia. El proyecto de Casa Laurel surgió como una extensión de la visión creativa de sus dueñas, María Eugenia Muñoz y Sofía Medici. La oferta del hotel incluye un restaurante abierto al público, con una interesante carta que abarca desde platos clásicos hasta un menú de pasos. También se realizan actividades como encuentros de té, catas de vinos y eventos gastronómicos, consolidando su propuesta como un lugar de encuentro y disfrute con una relación calidad-precio que lo convierte en una opción inmejorable para los visitantes más exigentes.
- Club Social: hoy convertido en un restaurante, es un espacio que combina historia y gastronomía en pleno corazón de la localidad. Fundado con el propósito de ser un lugar para actividades comunitarias, conserva en cada rincón y detalle la esencia de su pasado. Su arquitectura lleva el sello distintivo de Andrés Kálnay, uno de los hermanos que dejaron una huella significativa en el patrimonio de Chascomús, también responsable de edificaciones icónicas como el Club de Regatas y la casa de la familia Inchausti. En la planta baja funcionan la cafetería, el restaurante y una florería interior que aporta un toque de frescura y distinción. En el primer piso, un salón para eventos se presenta como el espacio ideal para celebraciones con vistas al casco histórico.
- Club de Regatas Chascomús: fundado en 1905, es un ícono histórico y deportivo de la zona, y es el primer club náutico de la región. Su emblemático edificio blanco, situado a orillas de la laguna, ofrece un entorno especial para disfrutar de actividades náuticas sin motor, ideales tanto para aficionados como para deportistas. El edificio centenario es un testimonio de la pasión de la comunidad por las actividades náuticas, como kayak, vela y paddleboard que completan la experiencia para quienes buscan aventura y conexión con la naturaleza. Cuna de grandes talentos, la entidad organiza numerosas competencias clasificatorias a nivel nacional, destacando como un punto clave para el desarrollo del deporte. Además, su restaurante ofrece almuerzos con vistas espectaculares e invita a disfrutarla mientras se comparte un momento agradable. Una parada imperdible para quienes buscan experiencias auténticas y hermosas fotografías junto a la laguna.
- Estancia La Alameda: para quienes aprecian el turismo sostenible, éste es un destino imprescindible. La estancia ofrece glamping y cabañas de diseño único, que combinan confort y respeto por el medio ambiente. Actividades como senderismo y observación de aves permiten disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión. Además, su compromiso con la sostenibilidad lo convierte en un modelo para el ecoturismo en la región. Combina historia, naturaleza y confort. Con una construcción de ladrillos que conserva las técnicas tradicionales, este lugar ofrece vistas privilegiadas a la laguna y al bosque que forma parte de la reserva natural de 40 ha. Cada cabaña está equipada con aire acondicionado y detalles que aseguran comodidad La estancia, que alguna vez perteneció a Gregorio Girado, padre de Francisca Girado de Casco, cuenta con un legado histórico vinculado a la Casa de Casco y al pasado de la región. Además, se ofrecen actividades como coaching con caballos y experiencias interactivas para los más pequeños, como alimentar a los animales en un entorno amigable y educativo. Por otro lado, su glamping en La Alameda es una propuesta innovadora que combina el contacto directo con la naturaleza con el lujo de una casita de diseño. Este concepto, ideal para quienes buscan una experiencia diferente, brinda la posibilidad de dormir en medio del paisaje sin renunciar a la comodidad. Las carpas están ubicadas en un sector exclusivo del predio, con privacidad y servicios pensados para disfrutar del entorno en su máxima expresión. Es una opción ideal para quienes desean desconectar y vivir una experiencia única en el corazón de los pagos de Alfonsín.
- Howard Johnson Chascomús: un hotel ideal para disfrutar en familia, con una propuesta que combina comodidad, entretenimiento y servicios de calidad. Cuenta con 120 habitaciones amplias que incluyen opciones estándar, superior, suite y suite premium, con vistas al parque, la piscina o la laguna. Entre sus instalaciones destacan dos piletas: una climatizada que invita al relax y otra al aire libre con toboganes para los más pequeños, el hotel también ofrece una amplia gama de servicios para una estadía completa: spa, gimnasio, restaurante, bar, juegos infantiles y estacionamiento. Adicionalmente, los huéspedes también tienen acceso a una cancha de tenis y un circuito de golf profesional de 9 hoyos en el Golf Chascomús Country Club, ideal para quienes buscan actividades al aire libre.
- Merienda en Mulé: ubicada en la Av. Costanera N° 4, es un espacio donde el encanto natural de la laguna de Chascomús se combina con una propuesta gastronómica versátil y deliciosa. Abre todos los días de 8 a 24, ofreciendo desde un brunch relajado hasta una cena frente a uno de los 365 atardeceres únicos que regala este rincón especial de la provincia de Buenos Aires. La propuesta brilla especialmente a la hora del té, con opciones que incluyen delicias únicas y la famosa pomelada, una bebida que combina dulzura y frescura en cada sorbo. Su carta es prolífica, diseñada para satisfacer todos los gustos, con platos ideales para el mediodía, propuestas para el brunch y tragos para acompañar la magia del sol escondiéndose en el horizonte.
Chascomús muestra hoy su energía, un lugar que todos conocemos pero del que todavía tenemos mucho para descubrir.
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