El telescopio espacial James Webb de la NASA acaba de lograr otro hito astronómico al capturar la primera imagen de hielos del Sistema Solar que, según afirmaron los especialistas, se formaron hace 5.000 millones de años, lo que los convierten en los más antiguos jamás registrados hasta el presente.
Este asombroso descubrimiento tuvo lugar en el marco del Proyecto DiSCo que es liderado por Noemí Pinilla-Alonso, investigadora del Instituto de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias (ICTEA) de la Universidad de Oviedo, España. "La importancia de este descubrimiento radica en que, ahora, podemos afirmar que el factor más determinante en la composición superficial actual de estos cuerpos es el material disponible en el disco presolar en el momento de la formación de los planetesimales, objetos sólidos con un diámetro mayor a un kilómetro", señaló la investigadora.
Hielos milenarios: nacimiento del Sistema Solar
"De esta manera, el estado actual de estos objetos transneptunianos está estrechamente ligado al inventario de hielos en el nacimiento del Sistema Solar, como si fuera una instantánea congelada de esa época", agregó Pinilla-.Alonso
Además, los investigadores lograron identificar las moléculas específicas responsables de la notable diversidad de espectros, colores y albedo observada en estos objetos. Estos resultados representan la primera conexión clara entre la formación de los planetesimales en el disco protoplanetario y su posterior evolución, en tanto que, de acuerdo con los especialistas, estos grupos composicionales no están distribuidos de forma homogénea entre objetos con órbitas similares.
"Hemos descubierto que los objetos transneptunianos pueden clasificarse en tres grupos composicionales distintos, definidos por las líneas de retención de hielos como el agua, el dióxido de carbono, el metanol y los materiales orgánicos procesados que existían cuando el Sistema Solar se formó hace miles de millones de años", comentó la experta colaboradora española de la NASA.
“Sin ninguna duda, este estudio arroja luz sobre la relación entre las distribuciones espectrales y dinámicas observadas actualmente, y cómo estas se originaron en un sistema planetario moldeado por una compleja evolución dinámica”, concluyó Pinilla-Alonso.
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