Como en el lado argentino, también en Brasil cerraron el acceso a las Cataratas del Iguazú en marzo pasado, una medida preventiva para evitar el contagio de coronavirus. Pero esta semana Foz de Iguazú, la ciudad vecina al Parque Nacional do Iguaçu cumple un aniversario este miércoles y se elevó el pedido de reapertura del predio al público en esa fecha. Esto fue concedido y, a partir de este 10 de junio, abrirá con un horario acotado de de 9 a 16, de martes a domingo. Es evidente que la reducción horaria incluye un detallado proceso diario de desinfección en todo el circuito turístico, el control individual de quienes ingresen por medio de una barrera sanitaria instalada en el Centro de Visitantes, donde se verificará la temperatura, se pe dirá que se coloquen alcohol en gel en las manos y limpiar las suelas de los zapatos y zapatillas en una esterilla desinfectante. El uso de máscara cubriendo nariz y boca será obligatorio durante todo el recorrido.
Además, como vienen aplicando museos en diversas ciudades de Europa, las entradas se venderán exclusivamente online, por lo que habrá que programar el día y la hora de la visita al momento de comprar el ticket. Esto evita las aglomeraciones e incluye mantener la distancia sanitaria durante el recorrido. Serán 350 visitantes por hora y no habilita excursiones de escuelas, universidades ni otro tipo entidades que intenten hacer el recorrido en grupo.
Del lado argentino sigue el compás de espera, la limpieza del área y la lenta recuperación del caudal de agua a partir de que se registraron lluvias en el sur de Brasil. Cuando vuelva la actividad en la zona, se intentará que sea con viajeros regionales y, cuando sea posible, nacionales. La afluencia de público internacional quedará para más adelante, con fecha incierta.
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