El plan de travesía esta vez sería Puesto Merlo-Casas Viejas, en el Valle de Calamuchita, Córdoba. Un recorrido de un día de duración y dificultad baja a media-baja. Tras dejar el asfalto, ingresamos a un campo privado que tiene una extensión próxima a los 9 km de total condición off road. El camino comienza de tierra bastante deteriorada, hasta que en un punto Sebastián López Bernal –el coordinador general de EndoTerra 4x4– indica que hay que abandonar la tierra y empezar a transitar por campo traviesa hasta encontrar una huella levemente demarcada en la roca: punto de inicio del más verdadero off road cordobés, donde todas las piezas que componen la dirección y suspensión son verdaderamente puestas a prueba. No es cuestión de velocidad, o sí, pero de velocidad lenta: cada roca se transita muy despacio, en 4x4 de baja, cuidando el vehículo y atento a las indicaciones. No se requiere experiencia previa, solo precaución y sentido común. Tampoco hay grandes secretos: tener en cuenta que la potencia no es necesaria, pero sí el torque, o sea, la capacidad del vehículo para hacer fuerza.
65 años de la primera cumbre en el Everest
Para este destino en particular, hay algunas técnicas del manual de roca que no se usan, como el de la baja presión de los neumáticos. Aunque sí resultan imprescindibles dos cuestiones: conocer el compartamiento del vehículo que se posee y contar con un guía que indique las maniobras a realizar en el paso de obstáculos, ya que en terrenos trial es normal quedar en una posición en donde el conductor no ve el terreno sobre el que está pisando, por lo que le es imposible dilucidar hacia dónde maniobrar.
Camino al almuerzo
Tras un buen peregrinar llegamos a la casa de la familia Merlo, dueños del campo que atravesamos, y que es exclusivo para vehículos de doble tracción con cierto despeje. Por su geografía no es viable acceder en camionetas 4x2 ni de tracción integral de baja altura. Al arribar al puesto, inmerso en medio de las Sierras Grandes, y a 100 m del río del Medio, un exquisito cordero asado amedrentó nuestro apetito. Fue imposible resistirse a la degustación de fiambres previa y al plato principal.
Luego de los postres emprendimos una trepada de 2 kilómetros, cuya dificultad fue un poco mayor de la que veníamos recorriendo, para llegar al Mirador, punto panorámico que desde dentro del mismo campo permite obtener una vista 180 grados de todas las sierras, y apreciar los embalses Los Molinos y Río Tercero, distantes entre sí unos 40 km. Desde este mismo lugar pudimos observar también las poblaciones de Los Reartes, Villa Berna, Villa General Belgrano, Santa Rosa de Calamuchita, Villa Alpina y Embalse. Esta subida puede ser obviada por los participantes que prefieran abordar los vehículos de la organización para disfrutar del ascenso.
Nota publicada en la edición 514 de Weekend, julio de 2015. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
13 de julio de 2015
Galería de imágenes
Comentarios