Tuesday 19 de March de 2024
SITIOS EXTERNOS | 13-04-2015 19:06

El Chaltén: magia en estado puro

Caminata hasta los pies del Fitz Roy a través de increibles historias y senderos ocultos entre las creaciones de la naturaleza.
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Enmarcado por un gran valle coronado por cerros, desde donde se desprenden inquietos cursos de agua, se encuentra un pequeño pueblo que se despliega sumiso ante la presencia de una imponente formación de granito con una silueta inconfundible que se ha ganado su lugar en el mundo. El Chaltén, nombre que el pueblo toma prestado de como llamaban las poblaciones originarias a la más alta de estas formaciones, es un lugar donde pareciera que el tiempo se detiene para invitarnos a recorrer y descubrir cada uno de sus maravillosos rincones.

El perito Francisco Moreno bautizó a este inconfundible cerro como Fitz Roy, en honor al capitán del HMS Beagle, quien recorriera el río Santa Cruz en 1834, en su expedición alrededor del mundo acompañado por Charles Darwin. Sin embargo, los tehuelches, que ya habitaban la zona desde mucho antes, mantenían una relación sagrada con “el chaltén”, que en la legua aonikenk quiere decir montaña humeante.

Los pueblos nativos de esas tierras lo bautizaron con ese nombre por las nubes que literalmente nacen en su cima. Luego de que los vientos húmedos del Pacífico chocan contra su imponente pared de granito, se condensan y generan nubes que apenas crecen son arrastradas por el viento formando una columna de humo similar a la que sale desde un volcán.

Inicio del viaje 

En nuestro primer día salimos temprano desde El Calafate rumbo a El Chaltén con la compañía de Milthon Rischmann, un guía apasionado por compartir las bellezas del lugar. Nos esperaban apenas algo más de 200 km de paisajes por la ruta 40 con la cordillera como compañera. Poco antes de poder observar el espejo del lago Viedma donde el glaciar que lleva su nombre termina su avance, la ruta toma una nueva dirección y cruza el río La Leona, llamado así debido a un ataque que sufrió por un puma el Perito Moreno en su recorrido por la zona. En ese mismo lugar, en 1894, fue construido por inmigrantes dinamarqueses un hotel de dos habitaciones a las que luego se le sumarían dos más.

Bautizado con el nombre del río que corre por su frente y declarado Patrimonio Histórico y Cultural de la Provincia de Santa Cruz, en él se hospedaron, entre otros, el Padre D’Agostini, fotógrafo, documentalista, montañista y geógrafo italiano, y los famosos montañistas Jacques Poincenot y Casimiro Ferrari. Hoy es un lugar obligado para hacer un alto en el camino y reforzar el desayuno.

Nota publicada en la edición 511 de Weekend, abril de 2015. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la versión digital de la revista, clickeá aquí.

13 de abril de 2015

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Bárbara Roesler

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