Tuesday 17 de September de 2024
PESCA | 11-09-2024 10:15

Sorpresas de la cava en Máximo Paz

Nuevos ámbitos creados y sembrados por el hombre se han convertido en una gran alternativa de pesca cercana a las grandes urbes. Portes que sorprenden.
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Las boyas de 25 mm de mi línea podían ser hundidas con facilidad tanto por un pequeño pejerrey tipo lapicera que no diera la medida, como por uno que no pasara los 25. Y en la quietud de un lago casi sin viento, verlas a distancia era tarea fácil. Por lo que al detectar que la del medio empezaba a tener actividad me preparé verificando que no hubiese panza y al concretarse una llevada firme que terminó con la boya hundida clavé con certeza. Lo que siguió sí que no me lo esperaba: el pez se plantó en su lugar sacudiéndome la muñeca hacia abajo y en ese segundo inicial pensé que algún bagre o tararira sería el responsable de semejante freno a mis ambiciones de traerlo. 

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Pero no… era un soberbio pejerrey que tras el revoltijo de sentirse pinchado arrancó a navegar llevándome la línea de costado ante el asombro de mi compañero de pesca, Javier Hermann, que cerrando los labios en círculo como si tirara un besito solo atinó a decir nuuuuuuuu y aprontó la cámara para las fotos. Finalmente, la flecha de plata estuvo afuera: un matungo de unos 47 cm, de silueta perfecta sin deformidades, con un lomo ancho (signo de buena alimentación), un vientre prominente y escamas sin parásitos. Así, a 45 minutos del obelisco porteño y muy cerca de la autopista Ezeiza –Cañuelas, a la altura de Máximo Paz, pude lograr un matungo que nada tendría que envidiarle a la Salada Grande de Madariaga o cualquiera de las lagunas de podio en la provincia de Buenos Aires. Y, lo mejor, no estuvo solo: ese día hubo otras 10 capturas de porte supremo en el coqueto Complejo Ecoturístico Don Alberto, un nuevo espacio recientemente habilitado para la pesca y el mini turismo donde también se hacen actividades náuticas.

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El asombro de mi compañero de pesca, que ya tenía algunas experiencias en esta tosquera o cava (de aquí se extrajeron camiones de tierra para la autopista Ezeiza Cañuelas y el Paseo del Bajo porteño) fue porque en sus visitas previas la norma fue sacar muchos juveniles y –cada tanto– alguno que otro grande. Sin embargo, en ese día de nuestra visita, los chiquitos parecieron llamarse a silencio y cada vez que las boyas se movieron vino un buen pejerrey. Esto ratifica una máxima para la pesca en este tipo de lugares nuevos, de geografía muy distinta a la las clásicas lagunas bonaerenses de llanura, más bien bajas y extensas: las cavas tienen reglas propias (inclusive no están comprendidas dentro de la reglamentación de veda por ser espacios privados) y no siempre se aplica todo lo que uno trae como experiencia de otros lados en estos ámbitos. 

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Porque un pozo de 20 metros de profundidad lleno de agua y sembrado, permitirá al pejerrey moverse en toda la columna de agua buscando marcas térmicas agradables o alimento, y andará por la superficie cuando él quiera premiar a los pescadores. Por eso a veces los últimos 40 minutos de pesca solar pagan más que todo el resto del día. Y la explicación de los sorprendentes portes de un ámbito que a priori uno ve de dimensiones pequeñas (300 x 300 m aproximadamente) se debe a que en rigor la superficie es pequeña pero el volumen de agua es grande, como si tuviéramos 8 o 10 lagunas superpuestas de 2 m de profundidad.

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Claves para no fallar

Una sugerencia que puede dar sorpresas es la de armar un paternóster corto, de dos anzuelos, tipo barranquin, para tirar cerca, a unos 3 m de la orilla pasando los yuyos costeros si los hubiere, para tentar juveniles o lograr algunos grandes que se arrimen. Esto hará, por ejemplo, las delicias de un niño o cualquier persona sin experiencia en pesca, que sin necesidad de andar manejando cañas de 4 m con líneas largas, tendrá la chance de divertirse en grande con un aparejo simple. 

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La posibilidad de tener un camino que circunvala la tosquera nos permite recorrer con el auto jugando con el viento, buscando el que nos dé de espaldas para que se vaya llevando las boyas suavemente, o bien pescando donde él muere. En este último caso, al igual que cuando queremos buscar los pejes en el medio del lago, es muy útil contar con un puntero de goma macizo, para meter la línea bien adentro. Y al trabajar semihundido retardar su regreso a la costa. Recomiendo no ponerle anzuelos a este puntero, para evitar que esa brazolada final se enganche en pastos costeros y duraznillos. Otra buena opción es usar una línea de solo dos boyas bien separadas y un puntero. Esto facilitará el manejo de línea, especialmente en manos inexpertas.

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Si queremos pescar sin la incomodidad de hacerlo desde una barranca, la opción es una lengua de tierra que divide los dos claros grandes del espejo. Allí, donde hasta podemos llegar con el auto al lado, simplemente elegiremos pescar a favor o en contra del viento mirando a un lado o al otro del espejo. Y en esta zona la mentada línea de paternóster corto tirado cerca, les dio a dos compañeros de aventuras, Tomás Uldani y Nicolas Cacace, los pescados más grandes de los que hayan dado cuenta en este ambiente.

El complemento a la pesca es la posibilidad de descanso bajo una linda arboleda, donde hay parrillas para hacer asados, muy cerca de los baños y las duchas (a disposición de los clientes). Bicicletear, hacer fotografía o trekking, son opciones complementarias para la familia del pescador. Y aprovechar la primera y la última hora del día son opciones que se facilitan con la posibilidad de pernoctar dentro del predio. 

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En suma, solo resta volver por el Complejo Ecoturístico Don Alberto y explorar sus posibilidades de pesca veraniega, para ver si hay tarariras, dientudos y chanchas que hagan las delicias de pescadores señueleros y mosqueros. Por ahora, reina gozando de buena salud el rey de los peces, su majestad el pejerrey.

Como llegar

  • Camino Real s/nº y Miguel Planes, Cañuelas. Yendo desde Capital Federal se sale por el Km 51 de la autopista Ezeiza-Cañuelas (o poner en Waze o Maps Complejo Ecoturístico Don Alberto). Tel.: 011 5879-9242. Instagram

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Wilmar Merino

Wilmar Merino

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