El astillero Omicron, de origen griego, cuenta con más de 100 personas empleadas y realiza la construcción de forma integral, desde la fibra hasta la carpintería y los acabados. Pero lo que más llama la atención son las líneas de casco que fueron dibujadas por el premiado diseñador argentino Juan Kouyoumdgjian y que son bastante diferentes a lo que estamos acostumbrados. En cubierta abundan las superficies acolchadas al sol o a la sombra, hasta en el techo de la cabina, y llama particularmente la atención la buena visibilidad desde cualquier punto, más aún desde el salón, debido a los grandes ventanales que permiten casi los 360 º de visión despejada.
También se ha tenido particular atención en insonorizar de la mejor forma posible la sala de máquinas, por lo que afuera sólo se escucha el ruido del agua, lo que permite disfrutar de la navegación y, por supuesto, de la conversación.
Luminoso
La cubierta es despejada, limpia, sin interrupciones y esto es evidente tan sólo al subir a bordo mediante el ingenioso sistema de pasarela, que es una suerte de puente giratorio que desplaza parte de la cubierta de popa para orientarla hacia el muelle.
Claves para elegir una guardería para la lancha
La plataforma de baño es similar a la de un velero y cuenta con el suficiente espacio para varias personas. El cockpit es un ámbito amplio, protegido del sol del mediodía y del viento al navegar, es el perfecto lugar para no hacer nada, sobre todo al bajar la mesa y multiplicar la superficie. También puede ser el espacio ideal para la conversación.
Al continuar hacia proa, por los pasillos laterales se hace evidente la estabilidad del barco que, si bien cuenta con pasamanos en el techo de la cabina y el propio guardamancebo, prácticamente no hace falta usarlo.
En proa
La superficie acolchada del solárium domina el espacio, pero también el techo de la cabina si es necesario estar más cerca del sol. En el interior entramos a un espacio tan amplio y luminoso que no parece un barco. El salón cuenta con una vista panorámica y se puede disfrutar de pie o sentado en los mullidos sofás. Hacia proa, a estribor del pasillo central está el puesto de gobierno y luego un espacio muy arquitectónico que podría denominarse como doble altura o balcón interno.
Al bajar la escalera se ha dispuesto de un espacio común, con una mesa de dinette a babor y una cocina que nada tiene que envidiar en tamaño y forma a la de un departamento. Este espacio hace de distribuidor hacia los dos camarotes de popa y al principal, situado en proa.
Timonera
Este espacio está situado casi en el centro del barco, desde donde la visibilidad es perfecta sin moverse del asiento. Es una nave que no requiere estar todo el tiempo al timón. Una vez establecida la velocidad crucero, el piloto automático hará su trabajo y sólo habrá que mantener la atención en el exterior, una tarea fácil de realizar. La cubierta está al mismo nivel que el salón y, por lo tanto, no hay impedimento en salir afuera, pero al no haber puerta lateral es inevitable hacerlo por popa.
Sin lugar a dudas, lo que más llama la atención es la luz interior, tanto en el salón como bajando a los camarotes. Ciertamente esta disposición da más privacidad, dado que para llegar a la cocina-comedor es necesario atravesar todo el salón y bajar las escaleras. Este comedor privado cuenta con la luz que desciende del salón y la de las ventanas laterales que, en la cocina, incluyen una que es posible abrir para ventilar.
De todas maneras, la ventilación está asegurada con la apertura de una de las dos escotillas del techo de la cabina principal para que el aire circule por todo el barco. De hecho, utilizando ventilación cruzada prácticamente no es necesario encender el aire acondicionado, excepto para disfrutar la siesta.
Al navegar
Tanto el bajo consumo como la estabilidad son los puntos clave que se han tenido en cuenta en el diseño de las líneas de casco, en particular el estudio de las formas mediante CDF. El resultado ha sido un casco con una V marcada sólo en la proa, y con un definido pantoque que propicia elevar el casco y reducir la superficie mojada.
Luego, hacia popa el casco se aplana, la V desaparece y no sólo queda plano, sino que, quilla mediante, la forma del casco es negativa, lo que permite equipar hélices de mayor tamaño. Un dato llamativo es que, con una eslora de 18 metros, sorprende que la manga máxima sea de 6,06 metros, ¡casi un tercio de la eslora!
Por último, la motorización propuesta de serie por el fabricante es de dos motores de 250 HP cada uno, pero también es posible equiparlo con una potencia menor, por ejemplo dos de 150 HP. La velocidad máxima que declara el fabricante es de unos 14 nudos con un consumo muy contenido y, por sobre todas las cosas, muy poca formación de olas…. Con estos parámetros, la griega Omikron es ideal para navegar en nuestro Delta.
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