Lo que alguna vez parecía una utopía lejana, como la pesca de dorados con mosca, hoy es una realidad al alcance de muchos aficionados. A continuación daremos algunas pautas para tener en cuenta a la hora de emprender este apasionante desafío.
1) Elegir el destino
En realidad, donde haya dorados y aguas medianamente claras, las chances están. El dorado es un cazador voraz que no dejará pasar la oportunidad de atacar un bocado convenientemente puesto frente a sus narices. Veamos algunos de los destinos para intentar pescar con mosca al magnífico tigre de los ríos. Todo el tramo del Paraná que va de Ituzaingó a Paso de la Patria, con aguas clarísimas y dorados de categoría trofeo. Los Esteros del Iberá y el notable río Corrientes en el centro de la provincia homónima. El pie de las barrancas que van de Derqui a Bella Vista, pasando por Empedrado y casi hasta Goya , incluyendo Ita Sirí y Lavalle. La intrincada red de brazos, arroyos, islas, bancos de arena y correderas de la zona del Laureltí a la altura de Florencia. Los Esteros del Isoró al sur de Goya y aguas arriba de Esquina, y la propia Esquina. El delta reconquistense, San Javier y todo un encadenarse de pesqueros santafesinos hacia el sur. La Paz en Entre Ríos, con la desembocadura del Guayquiraró y la extraordinaria Curuzú Chalí y otros muchos rincones donde probar con éxito, como Santa Elena, Victoria y la notable Concordia –también en la provincia de Entre Ríos– con sus descomunales capturas récord en aguas del río Uruguay. Y en la provincia de Buenos Aires, San Pedro, San Nicolás, hasta el delta bonaerense y el Río de la Plata, que se han convertido en buenos puntos de pesca con mosca para el dorado. Volviendo al norte, el dique frontal de Río Hondo y el río Dulce en Santiago del Estero y varios cursos salteños, un poco más allá de los circuitos tradicionales, como el Dorado, el Juramento, el Bermejo y el Tarija que pueden convertirse en apasionantes territorios para esta pesca. Eso sí, además de haber dorados, el agua debe presentar buena claridad.
2 El equipo más apropiado
Un equipo de potencia #8 cubre bien casi todas las situaciones de pesca en prácticamente todos los ambientes. Las moscas voluminosas no son fáciles de lanzar con cañas muy livianas. Algún dorado de 4 kilos para arriba justifica la elección de una vara de buena potencia. En algunas circunstancias, con peces de medianos a chicos, en canchas limpias y sin demasiados obstáculos, se puede bajar la potencia del conjunto a un #6 y hasta llegar a un #4 con juveniles de doradillo.
El dorado es un buen cazador de hondura, por eso van bien las líneas que profundizan (por ejemplo en veriles arenosos y sin enganches y en sectores de piedras hondas o barrancas a pique), aunque también se pueden utilizar las de flote con moscas lastradas (en el cuerpo o en la cabeza, por ejemplo con ojos metálicos) para que la línea se mantenga a flor de agua pero el engaño profundice un poco. Lo ideal es que sean líneas aptas para climas tropicales y con protección UV, que no se alteran ni se ablandan con el sol y el calor de los climas norteños.
Los reeles deben tener freno regulable y contener bien el conjunto línea-backing. Las corridas del dorado no suelen ser muy largas, por lo que la reserva de backing del orden de los 150 m está bien. Los líderes pueden ser de entre 4 y 6 pies (1,20 a 1,80 m) en tramos, con una progresión que parta del 0,60, 0,50, 0,40 y finalice en un tippet del 0,35 más un cable de acero de 15 cm y unas 20 libras (1 libra: 453,59 gramos) de resistencia.
Nota publicada en la edición 498 de Weekend, marzo de 2014. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
Comentarios