Siendo apenas un cachorrito, Alex Tersoglio y Kenya Campos, se dieron cuenta de que Darwin, su precioso e inquieto perro basset hound, contaba con una inteligencia y un olfato muy particulares, especialmente a la hora de buscar y encontrar animales perdidos, por eso decidieron entrenarlo para tal misión.
"Su labor, a partir del olfato y del entrenamiento, es encontrar especies que el ser humano no puede. Y la importancia de él en esta época, es que las tortugas terrestres invernan y es más complicado de dar con ellas ", comentaron a LMNeuquén, las orgullosas dueñas de Darwin, quien acaba de sumarse al Programa de Conservación de la Tortuga Terreste que están llevando a cabo la doctora Erika Kubisch, del CONICET, Universidad Nacional del Comahue) y la licenciada María Eugenia Echave, en la localidad rionegrina de San Antonio Oeste y sus alrededores.
Precisamente, el jueves pasado, Alex y Kenya viajaron desde la localidad neuquina de Villa La Angostura, donde viven, hasta la vecina ciudad rionegrina ubicada a orillas de la bahía San Antonio, dentro del golfo San Matías, con el objetivo de que el valiente Darwin pudiera buscar y encontrar distintas especies de este animal en la zona.
"El mismo día que llegamos, lo intentamos aclimatar al clima y a la vegetación, y logró encontrar una tortuga hembra que los biólogos de la zona nunca habían identificado", comentó Alex.
Darwin tiene dos años y cuenta con el orgullo de ser el primer perro de detección del Parque Nacional Nahuel Huapi. Empezó buscando al visón, una especie introducida, pero que pone en peligro al Pato de los torrentes, y, ahora, acaba de sumarse a este valioso programa que busca investigar las distintas especies de tortugas terrestres que habitan en la costa de San Antonio Oeste y zonas aledañas.
“En los alrededores de San Antonio Oeste, desde 2016, estamos realizando numerosos estudios para poder conocer mejor a la especie y así poder conservarla. Gracias a estos estudios preliminares descubrimos que la situación es peor de lo que se sospechaba, ya que se encuentran muy pocos ejemplares en su ambiente natural", escribió Echave en una nota de su autoría publicada en Diario Andino.
Darwin: al salvataje de las tortugas terrestres
La tortuga terrestre (Chelonoidis chilensis), está en peligro de extinción debido, entre tantas otras causas, a la destrucción de su hábitat natural, de su extracción para mascotismo y a la introducción de nuevos depredadores exóticos, como el jabalí.
Es un reptil que pone de 1 a 4 huevos en un hueco poco profundo que la hembra excava con sus patas traseras y, después, los tapa y abandona. Finalmente, el sol se encarga de darles la temperatura necesaria para su desarrollo, y, al cabo de unos 12 a 14 meses, las pequeñas tortuguitas que pesan cerca de unos 30 gramos emergen de sus nidos que son muy difíciles de detectar a simple vista para las personas, ya que quedan totalmente mimetizados con el ambiente.
"Es por esto, que decidimos comenzar este programa que está especialmente dedicado a la conservación de la especie, y la ayuda del extraordinario olfato de Darwin es invaluable. Él ya ha sido positivo en la detección de tortugas y de sus nidos, y ahora probará su destreza en el ambiente donde viven las tortugas”, explicó Echave.
“Nuestro objetivo principal, no solo es poder encontrar más fácilmente a los individuos que naturalmente son difíciles de ver debido a su color y tipo de refugio, sino principalmente, poder encontrar los nidos en la naturaleza para poder protegerlos de los depredadores y del pisoteo por el ganado", concluyó la especialista.
Comentarios