Al igual que las personas, con la llegada del verano y las temperaturas elevadas, los perros también necesitan mantenerse bien hidratados para evitar complicaciones con su salud. A la hora de darles agua, existen diversos factores, como por ejemplo, la raza, la edad, la dieta, la actividad física, etcétera, que son fundamentales para poder calcular correctamente la cantidad de agua diaria que necesita tu fiel amigo para sentirse saludable.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el agua debe servirse en un recipiente adecuado, que se adapte al tamaño y a las necesidades de tu mascota, como, así también, preserve la calidad y la frescura del líquido que contiene. El agua siempre debe estar limpia y fresca, y a su total disposición durante todo el día.
Una de las mejores maneras de calcular la cantidad de agua necesaria que hay que suministrarle es multiplicando el peso de la comida seca que habitualmente ingiere por 2, 5. Por ejemplo, si tu perro come 1 kilo de alimento seco por día, deberás proporcionarle 2,5 litros de agua diariamente. Y si come 2 kilos, deberá tomar 5 litros de agua.
Otra efectiva y sencilla forma es darle entre 50-100 mililitros de agua por cada kilogramo de peso. De esta manera, en el caso de que una mascota pese 10 kilos, habrá que suministrarle entre medio litro y un litro de agua por día, mientras que si pesa 20 kilos, deberá tomar el doble.
En tanto, en el caso de tratarse de cachorritos de menos de un año de edad, la frecuencia del suministro del líquido tiene un papel fundamental para su crecimiento sano, por lo que en estos casos deben beber un mínimo de media taza de agua cada dos horas.
Si bien algunos perros suelen beber menos en verano debido a que las temperaturas reducen su actividad y consumen menos energía, en el caso de que pasen varios días sin que quiera tomar agua, es fundamental realizar una consulta urgente con el veterinario, ya que puede tratarse de algún trastorno importante en su salud. Lo mismo sucede si bebe mucho más de lo habitual, lo que podría estar vinculado con alguna enfermedad renal, cáncer o diabetes, entre otras patologías.
También hay que tener presente que los perros no jadean porque tengan sed, sino que lo hacen para reducir su temperatura corporal cuando esta aumenta por el calor, el nerviosismo o por un ejercicio continuado. Como los canes no poseen la capacidad de transpirar a través de su piel, ya que carecen de glándulas sudoríparas en la mayor parte del cuerpo, el hecho de abrir la boca y sacar la lengua posibilita que el aire fresco entre en contacto con los abundantes vasos sanguíneos de la cavidad oral y los enfríe. Además, al jadear, el ritmo cardíaco del perro se acelera y, con ello, las células se oxigenan mejor en todo el organismo.
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