En su permanente lucha por proteger a sus mares, Panamá ha creado una reserva marina en sus aguas del Pacífico, de 67.742 kilómetros cuadrados. O sea, un área casi tan grande como toda su superficie terrestre. que es de 75.517 km2.
La reserva está ubicada en la llamada Cordillera de Coiba, un amplio espacio rico en recursos pesqueros e importante lugar de encuentro de varias especies marinas que hallan en la región abundantes alimentos.
Así, sumando las reservas de Colombia, el área protegida se amplía a 121.341 km2, lo que la convierte en la tercera reserva marina más grande del Pacífico tropical.
“Si cada país hiciera su parte, como lo hace Panamá, se podría proveer de un mejor futuro a estos ecosistemas marinos”, manifestó Maximiliano Bello, miembro de la organización internacional Mission Blue, con sede central en Fen , cuyo objetivo es influir en los países para crear áreas marinas protegidas en todo el mundo.
Con la expansión del área de Coiba se protegerá una serie de cadenas montañosas submarinas que superan los 3.000 metros de altura y albergan especies exclusivas de esas profundidades, y que aún son desconocidas para la ciencia por la gran dificultad para estudiarlas. Además se verán mejor preservadas las zonas por donde circulan especies marinas migratorias.
Al menos catorce especies de mamíferos marinos utilizan el área, doce de las cuales se encuentran amenazadas según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), incluyendo la ballena azul, el cachalote y el rorcual del norte, explicó el ente científico internacional.
Por otra parte, se establecerá un sistema de monitoreo, control y vigilancia de pesca ilegal, y se promoverá la utilización sostenible de los recursos naturales en la zona, como la pesca selectiva, para disminuir la incidencia de pesca accidental de especies importantes para la salud de los mares.
El Parque Nacional de Coiba, que ocupa un total de 270.125 hectáreas de extensión -216.000 de ellas áreas marinas-, cuenta con una cadena de montañas submarinas consideradas formaciones geológicas excepcionales, y una gran biodiversidad asociada a éstas. Debido a su riqueza fue declarado Parque Nacional en 1991 y Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco en 2005.
Con este gran paso que acaba de dar, Panamá cumple con las metas de protección establecido en el Convenio sobre la Diversidad Biológica firmado por 196 países con el objetivo central de contribuir a la conservación y utilización sostenible de los recursos marinos.
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