Ubicada en el océano Atlántico Sur, a 1.200 millas de la isla habitada más cercana y a 1.500 millas de la tierra continental más cercana, Sudáfrica, la isla volcánica de Tristan da Cunha acaba de ser reconocida como la cuarta área marina protegida (AMP) más grande del mundo.
De hecho, tanto la pesca de arrastre de fondo como la minería en aguas profundas y la caza están totalmente prohibidas en las 242.181 millas cuadradas que conforman su territorio oceánico, con el objetivo de proteger su ecosistema y su gran biodiversidad marina.
Si bien es conocida como la “isla habitada más remota de la Tierra”, en ella viven tan solo 267 personas que están llevando a llevando a cabo una serie de fuertes medidas para conservar y proteger la vida marina por sobre todas las demás actividades.
“La declaración de nuestra isla como área marina protegida es un paso importante para la comunidad, porque somos un pueblo que siempre ha vivido en armonía con el mar. Me siento orgulloso de pensar que somos los guardines del Atlántico Sur”, dijo James Glass, el isleño más importante, en una entrevista al diario británico The Sun.
“Nuestra vida en esta isla siempre se ha basado en nuestra relación con el mar. Por eso es que también estamos protegiendo el 90 % de nuestras aguas, y estamos orgullosos de poder desempeñar un papel clave en la preservación de la salud de los océanos”, agregó.
La flamante área de protección abarca 687.000 kilómetros cuadrados con lo cual, teniendo en cuenta otras zonas como son Isla Ascensión, Isla Pitcairn, Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur, se consigue conservar un total de 3 millones de kilómetros cuadrados de aguas británicas. El territorio protegido equivale casi al triple de la superficie de la isla principal de Reino Unido, Gran Bretaña.
Paraíso de biodiversidad
La isla cuenta con una de las biodiversidades más ricas del mundo. En sus aguas habitan numerosas especies marinas en extinción, como el elefante marino y el tiburón de 7 branquias.
Mientras que su tierra es un refugio muy preciado y buscado por aves como los pingüinos saltamontes, que están categorizados como especies vulnerables, y por el albatros de nariz amarilla, que también está en peligro de extinción.
Por todo ello, la Royal Society for the Protection of Birds (RSPB), la organización benéfica de conservación de la naturaleza más grande de Reino Unido, calificó a la isla como la "joya de la corona de la protección marina del Reino Unido".
Una isla con mucha historia
A pesar de haber sido exploradas varias veces a lo largo del siglo XVII por los holandeses, no fue hasta comienzos del siglo XIX cuando los barcos balleneros estadounidenses se interesaron por estas islas.
En 1816, los británicos se apoderaron de Tristan da Cunha por temor a que los franceses pudieran usar la isla para ayudar a liberar a Napoleón Bonaparte, quien se encontraba detenido en una prisión ubicada a más de 1.200 millas al norte de la isla de Santa Elena. A partir de ahí, la población comenzó a florecer, los balleneros se establecieron y Tristan da Cunha comenzó a parecerse cada vez más a una ciudad como cualquier otra del planeta.
La población era muy inestable y cambiante, a punto tal que en un momento solo fue habitada por cuatro familias y cada vez eran menos los barcos que la elegían como lugar para reabastecerse. Y, como consecuencia del gran declive que sufrió la industria ballenera durante la Guerra Civil estadounidense, la isla se fue convirtiendo una verdadera ciudad fantasma.
La vida en la isla
Actualmente, la mayoría de sus 267 habitantes son ciudadanos británicos, descendientes de marineros de Escocia, Estados Unidos, los Países Bajos y de Italia.
Entre otras comodidades, la ciudad cuenta con un hospital equipado con un quirófano e instalaciones dentales, con una tienda de comestibles y con varios generadores diesel ya que la electricidad tradicional no está disponible en el lugar.
La mayor preocupación de sus habitantes está dada por el volcán activo que se cierne sobre ella que, para su fortuna, no ha tenido una erupción desde 1961 cuando todos sus ciudadanos tuvieron que ser evacuados.
Comentarios