Para sorpresa y felicidad de muchos, las ballenas azules están regresando a las Islas Georgias del Sur, lugar que, lamentablemente, a principios del siglo XX se convirtió en el epicentro mundial de su caza comercial, por lo cual se vieron obligadas a emigrar en busca de un lugar más seguro para ellas y sus crías.
Así lo confirman un estudio y el análisis de un grupo de investigadores internacionales que dieron como resultado 50 avistamientos de ballenas azules y numerosas detecciones acústicas, lo que genera grandes esperanzas de que este mamífero que se encuentra en peligro crítico, finalmente pueda recuperarse y regresar a su hábitat histórico.
El último estudio que se realizó en base a datos de hace 30 años indica que esta cantidad de cetáceos registrada no es una anomalía ya que, lo más probable, es que los animales estén realmente regresando a las aguas de la isla subantártica. “No sabemos muy bien por qué las ballenas azules han tardado tanto en regresar”, afirmó Susannah Calderan, miembro de la Asociación Escocesa de Ciencias Marinas y autora principal de un estudio que fue publicado en la revista Endagnered Species Research.
“Puede ser que tantas de ellas murieran en las islas Georgias del Sur que hubo una pérdida de memoria cultural en la población de que el área era un lugar de forrajeo y que recién ahora se está redescubriendo”, agregó.
Además de buscar ballenas, los investigadores aprovecharon los dispositivos de escucha para detectar las fuertes llamadas de baja frecuencia de las ballenas, que llegan a alcanzar hasta 188 decibeles, a largas distancias.
El equipo también consiguió numerosos registros de avistamientos de ballenas reportados al Museo de Georgia del Sur por marineros y pasajeros de barcos turísticos, y fotos de ballenas azules, que permiten identificar animales individuales.
Por su parte, la doctora Jennifer Jackson, de British Antarctic Survey, quien dirigió la última expedición de ballenas que tuvo lugar a comienzos de este año, se mostró muy optimista ante la noticia. “Este es un gran paso adelante. Con las aguas de Georgia del Sur designadas como área marina protegida esperamos que este aumento en el número de ballenas azules sea una señal de lo que vendrá y que nuestra investigación pueda continuar contribuyendo a la gestión eficaz de la zona”, comentó.
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