Investigadores del Laboratorio Nacional de los Álamos del Departamento de Energía de EE.UU. con sede en Nuevo México confirmaron, en dos estudios separados y gracias al empleo de satélites para medir tormentas eléctricas extremas, la existencia de los “superbolts”(súper rayos).
“Queríamos ver cuáles son los límites de los súper rayos. Es decir, qué tan grandes y brillantes pueden llegar a ser”, aseguró Michael Peterson, científico atmosférico, al diario estadounidense Washington Post.
Mientras el primer estudio analizó la información recolectada a lo largo de dos años por el Mapeador de Rayos Geostacionario de la NASA, un detector atado a satélites climáticos encargado de registrar estos eléctricos destellos, el segundo evaluó 12 años de observaciones del Satélite de grabación rápida en órbita de eventos transitorios (FORTE).
Así, a partir de estos dos nuevos estudios, los especialistas descubrieron aproximadamente 2.000.000 millones de eventos que se ajustaron a estos criterios y, según esos datos, establecieron que uno de cada 300 eventos de rayos es un ”superbolt”, muchos de los cuales registraron, al menos, 100 gigavatios de potencia.
Además, identificaron centros “súpereléctricos” activos tanto en la zona central de Estados Unidos como en la cuenca del Río de la Plata, al tiempo que detectaron una actividad intensificada en las tormentas del Pacífico japonés, donde los súper rayos mostraron ser hasta 1.000 veces más brillantes que los comunes.
Rayos súper poderosos
Los primeros “súper rayos” fueron detectados en la década de 1970, cuando se creía que podían alcanzar tan solo 100 veces el brillo estándar de un relámpago convencional. Ahora, a partir de este estudio se logró determinar que su impacto puede producir más energía que todos los paneles solares y turbinas eólicas existentes en EE.UU. Según datos oficiales del Departamento de Energía de EE.UU, en 2018 la energía producida por dichos elementos fue de aproximadamente unos 163 gigavatios.
Cuando se ve un relámpago desde el espacio, se verá mucho más tenue que si se lo viera desde el nivel del suelo, porque las nubes bloquean parte de la luz. El impacto de un rayo incluso superó los 3 teravatios de potencia, miles de veces más fuerte que los rayos ordinarios detectados desde el espacio”, concluyó Petersen.
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