Caminando por la playa es común avistar sobre la arena, pegaditas a la orilla, unas cápsulas con forma de huevo que parecen de plástico. Muchas veces tiene algún orificio y algo de agua adentro.
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Si bien el imaginario popular alberga la idea de que se trata de huevos de tortugas, no lo son. El mar ofrece sorpresas y curiosidades, y parte de esas curiosidades son esos extraños seres que brotan a veces en la arena y que, poco a poco, son material para incontables mitos, surgidos de confusiones, y, luego, reforzados por errores que se repiten sin cesar, de uno en uno.
El Grupo Costa +, integrado por docentes y estudiantes del CURE, confeccionó una ficha para trabajar inicialmente con niños y maestros en el CEIMER, en la que explican varios aspectos interesantes para conocer más sobre el caracol negro y esas cápsulas con forma de huevo, que aparecen en la orilla del mar y de la que muchos albergan la creencia de que son de huevos de tortuga.
Rica variada en mar planchado
Un caracol tan común como singular
Titulada “Qué son esas cápsulas”, la ficha cuenta que el caracol negro (Pachycymbiola brasiliana) mide hasta aproximadamente 16 cm; es carnívoro y se alimenta preferentemente de moluscos bivalvos, como la almeja púrpura Amiantis purpurata, que se extrae en la zona de La Coronilla, en Rocha.
Este caracol habita fondos arenosos y fangosos y se ubica entre los 5 y 30 metros de profundidad, y es en la orilla donde podemos encontrar caparazones vacíos o, luego de temporales, ejemplares que el oleaje arrancó de los fondos marinos.
Lo más sorprendente de este caracol es cómo se reproduce. Según el trabajo del Grupo Costa + al que tuvo acceso La Paloma Hoy, “los caracoles marinos tienen normalmente sexos separados. Luego de que el macho y la hembra se aparean y se produce la fertilización, la hembra del caracol negro moldea, con su pie y fuera de su cuerpo, una cápsula ovígera u ovicápsula. En ella incluye líquido nutritivo , y entre unos 9 a 33 huevos fertilizados que se desarrollarán en embriones.
Estas ovicápsulas no están adheridas a una roca u otro material, miden alrededor de 5 a 7 cm de diámetro, son ovoides y están formadas por un material translúcido y flexible que se vuelve marrón y cuando se seca se vuelve quebradizo”.
Ya sea por su forma, o porque están en ambientes costeros, con frecuencia son atribuidas a huevos de tortuga, sin embargo, es bueno aclarar que las tortugas marinas no ponen huevos en la costa uruguaya. Por otra parte, los caracoles son típicos habitantes de ambientes marinos, aunque también son comunes en otros ecosistemas costeros tanto acuáticos como terrestres.
“Técnicamente, los caracoles son un tipo de molusco: los gasterópodos. Tienen un esqueleto externo: una concha o conchilla de carbonato de calcio denominada técnicamente caparazón o comúnmente caracol, como el propio animal del que forma parte”, explicó Fabrizio Scarabino, docente del CURE, integrante del Grupo Costa + y autor del trabajo sobre caracoles negros.
“La reproducción del caracol negro se da en primavera y verano. En ese momento es cuando vemos miles de éstas cápsulas en la costa, y es posible también ver en muchos casos caracoles diminutos –que son los juveniles- a punto de salir de la cápsula”, agregó Scarabino.
La reproducción del caracol negro es única a nivel mundial, ya que es la única especie que hace una cápsula que no se adhiere a ningún otro objeto, lo que favorece su dispersión por las corrientes. Además, incluye mucha cantidad de líquido nutritivo dentro de la cápsula. El caracol negro se encuentra únicamente en la costa oceánica del sureste y sur de Brasil, en Uruguay y en la costa norte de la Argentina, por lo tanto es endémico de allí, según refiere el trabajo.
Caracol negro: la experiencia en La Paloma
La ficha de trabajo sobre el caracol negro es muy clara en cuanto a la situación en la que se encuentra esta especie: se le atribuyen muchos usos y valores. Por ejemplo, su pie es comestible; por eso se pescó artesanalmente en la costa uruguaya -principalmente desde La Paloma- en la década de 1990, y luego era exportado al continente asiático.
Actualmente, algunos uruguayos comen este caracol que los pescadores obtienen accidentalmente en sus redes y, a pesar de tener un gran potencial en el ámbito gastronómico, no hay en estos momentos una pesca dirigida. Su caparazón tiene una gran importancia ornamental ya que, combinado con otros elementos, también es usado para artesanías.
La tortuga cabezona (Caretta caretta), una especie amenazada de extinción, se alimenta entre otras especies del caracol negro. También hay aves como el ostrero que buscan las ovicápsulas que el mar arrojó fuera del mar y se alimentan de los caracolitos.
Por último, Scarabino explicó que el caracol negro es una especie longeva para ser un caracol: puede vivir hasta 20 años, en tanto que advierte que su extracción debe realizarse con mucho cuidado.
“De hecho, cuando fue pescada, fue sobre explotada (depredada), agotando un gran banco que existía frente a La Paloma; y, sin embargo, en ese momento no se hicieron estudios detallados que sería bueno que se hicieran, para conocer la situación actual, ya que una extracción a menor escala, permitiría aprovechar y destacar una variedad de aspectos que conforman un todo, en particular en la costa rochense: cultura, naturaleza, pesca, artesanía, gastronomía, turismo, identidad, patrimonio”, concluyó Scarabino.
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