Cada 18 de abril se celebra el Día Mundial del Radioaficionado con el objetivo de brindar mayor difusión y reconocimiento al valioso trabajo desempeñado por los radioaficionados que, día a día, prestan un servicio a la sociedad, y que consiste en la transmisión de mensajes para mantenerlos informados acerca de los diferentes acontecimientos que se suceden en todo el mundo, especialmente en situaciones de emergencia.
La fecha fue propuesta en homenaje a la creación de la Unión Internacional de Radioaficionados en París (IARU) que tuvo lugar el 14 de abril de 1925 con el objetivo de coordinar, proteger y promocionar esta actividad en todo el mundo.
De hecho, gracias a las distintas estaciones de radioaficionados que operan en todo el planeta, se ha podido colaborar en los casos de grandes catástrofes, e, inclusive en muchas situaciones de guerras para salvaguardar a las víctimas, además de cooperar y coordinar con la distribución de insumos, medicamentos y de ayuda humanitaria. Esto puede ser posible sólo con un equipo básico que incluye una fuente de energía, una antena y la radio.
Mientras que a partir de principios de 1900 se construyeron los primeros transmisores a través de los cuales se podían enviar mensajes en código Morse, tiempo después vieron la luz los primeros clubes en los que se originaron, de manera mucho más formal, las primeras grandes asociaciones de radioaficionados.
Si bien a lo largo de las siguientes décadas se realizaron las comunicaciones abarcando grandes distancias y durante la Segunda Guerra Mundial se produjo un alto en el uso de este sistema de comunicación, con los viajes al espacio que tuvieron lugar en la década de los 50, la actividad logró un auge importante, especialmente tras el lanzamiento del primer Sputnik.
Por su parte, mientras que en los años 60, la radioafición estuvo mucho más cerca de la era espacial -como consecuencia de los primeros satélites creados por los radioaficionados-, a partir de la década de los 80 empezaron los verdaderos avances tecnológicos que dieron lugar a la llamada “Era Digital”, en la cual, por ejemplo, fue posible que los radioaficionados mantuvieran contacto directo con un astronauta enviado al espacio.
Por supuesto que la puesta en marcha de Internet también significó un enorme avance en la radiodifusión que se mantiene plenamente vigente, ya que, actualmente, es posible el diseño de programas para la comunicación digital que también pueden emplearse para la radioastronomía.
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