El calentamiento global está perturbando los ecosistemas de las montañas, con consecuencias que van desde el suministro de agua y la agricultura hasta el turismo y la vida silvestre.
Groenlandia sufrió una pérdida récord de hielo
Así se desprende de un reciente estudio elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático que, entre otros puntos importantes, advierte que con los niveles actuales de producción de dìóxido de carbono, los glaciares también están retrocediendo peligrosamente, por lo que se espera un deshielo similar en los Alpes europeo.
De acuerdo con el informe, si bien las montañas del mundo son robustas, también son muy delicadas debido a que tienen un enorme impacto, incluso en las lejanas tierras bajas, y son altamente sensibles al cambio climático.
“Las temperaturas están aumentando mucho más rápido en las zonas de montaña, superando con creces a otros hábitats. Como resultado, los glaciares están desapareciendo, con consecuencias para la biodiversidad, la agricultura y el turismo”, reza el comunicado.
En otro de los párrafos más destacados del documento, los expertos afirman que el retroceso de los glaciares y el deshielo del permafrost hacen que las laderas de las montañas sean menos estables, lo que provoca desprendimientos de rocas, corrimientos de tierra, inundaciones más frecuentes y, también, los incendios forestales.
“Casi el 10 por ciento de la población mundial vive en regiones de alta montaña, donde la vida es cada vez más difícil, con un empeoramiento de las oportunidades económicas y un mayor riesgo de catástrofes naturales. Los aspectos estéticos, espirituales y culturales de los paisajes de montaña también se ven afectados”, explican los expertos.
Los especialistas también advierten que la disminución de la nieve ha perjudicado fuertemente tanto al turismo de glaciares como al montañismo en los países que cuentan con altas montañas.
“Con el calentamiento, tanto la agricultura como el turismo de montaña se ven fuertemente afectados económicamente: mientras en Bolivia, que perdió la mitad de sus glaciares en los últimos 50 años, la estación de esquí más alta del mundo es una triste muestra de remontes oxidados, en Nepal, los agricultores se enfrentan a la desecación de los suelos, lo que complica enormemente el cultivo de patatas y forraje”, concluyen.
Por último, afirman que si bien el cambio climático alteró la composición de la fauna en las zonas de montaña, algunas especies de flora y fauna, incluidas las de aves de las tierras bajas, salen ganando, ya que “se les abren más zonas para prosperar, aunque esto tiene un costo elevado para las especies adaptadas al frío, como las liebres con raquetas de nieve (Lepus americanus) en Norteamérica, que tienen que desplazarse miles de kilómetros para poder sobrevivir”.
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