Establecido por la Organización de las Naciones Unidas en 2009 con el objetivo central de alertar y de sensibilizar a la humanidad acerca de la gran importancia del cuidado del medioambiente, cada 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra.
En ese contexto, este año la organización ecologista Greenpeace emitió un comunicado en el cual alerta, una vez más, acerca del cada vez mayor preocupante avance de los desmontes ilegales en el norte de la Argentina. El mismo da cuenta que durante el pasado 2023 solo en esa región del país se perdieron 126.149 hectáreas de bosques nativos, o sea, un 6,2% más que en 2022, siendo Chaco, Formosa, Salta y Santiago del Estero, las provincias más afectadas.
“Estamos ante una evidente emergencia climática y de biodiversidad que nos obliga a actuar en consecuencia. Debemos avanzar en forma urgente en la prohibición y en la penalización de la deforestación“, afirmó Hernán Giardini, coordinador de la Campaña de Bosques, de Greenpeace.
“El agresivo desmonte que se registra en el país se traduce en un agravamiento de las consecuencias del cambio climático, que van desde más inundaciones y desertificación hasta extinción de especies, desalojos de comunidades campesinas e indígenas y aparición de enfermedades”, agregó el especialista.
Si bien, lamentablemente, este fenómeno no es nuevo, ya que entre 1998 y 2022 la pérdida de bosques nativos en el país fue de cerca de 7.000.000 de hectáreas –lo que equivale a toda la superficie de la provincia de Formosa, los especialistas advierten sobre el gran aumento de los desmontes registrados a lo largo del año pasado que, en su gran mayoría, fueron hechos de manera ilegal.
El ejemplo más contundente se dio en Chaco, donde la totalidad de los desmontes que tuvieron lugar en 2023 fueron ilegales, debido a que en esa provincia argentina rige una suspensión establecida por la Justicia provincial desde 2020 por la falta de actualización de su Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN). En tanto, en Santiago del Estero el 80% de los desmontes también fueron ilegales.
“Si bien es alentador que desde 2014 se evidencie una disminución de la deforestación, cercana al 40% respecto del promedio de la década previa a la Ley de Bosques sancionada en 2007, aún más de la mitad de los desmontes se realizan donde no está permitido”, explicaron los especialistas.
Por último, el informe resalta que si bien la principal causa de la pérdida de bosques nativos es el avance de la frontera agropecuaria -principalmente para ganadería intensiva y soja transgénica que tiene a Asia y Europa como mayor destino-, no es el único impacto de esas prácticas, si se considera que la agricultura, la deforestación, la ganadería y la silvicultura representan el 39% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero de la Argentina y contribuyen, así, a una crisis climática de consecuencias ya evidentes.
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