Un equipo de investigadores de la Universidad de Valencia, España, descubrió en la legendaria ciudad de Pompeya que fuera arrasada y sepultada por la erupción del volcán Vesubio en el año 79 AC, una tumba en perfecto estado de conservación en cuyo interior había un cuerpo parcialmente momificado de un hombre.
Este hallazgo desconcertó a la comunidad arqueológica mundial ya que, de acuerdo con la tradición romana de la época, los cuerpos de los adultos siempre eran incinerados.
La momia pertenece a Marcus Venerius Secundio, un hombre que, según el archivo de tablillas de cera pertenecientes al banquero pompeyano Cecilius Jucundus, era un esclavo público y guardián del templo de Venus que logró un importante estatus social y económico luego de ser liberado.
En el recinto funerario también se encontraron dos urnas con cenizas, una de las cuales es un recipiente de cristal que contiene los restos de una mujer llamada Novia Amabilis que, según creen los investigadores, podría haber sido la mujer de Venerius.
Este detalle abre un gran signo de interrogación acerca de las causas que llevaron a Venerius a decidir ser inhumado y no incinerado, aún cuando sus propios familiares se habían inclinado por la segunda opción, que era la norma habitual por entonces en la ciudad de Pompeya.
“Tenemos varias hipótesis, la primera es que se trataba de una persona que tenía una afiliación griega o una debilidad por el arte y cultura griegas, porque en esos momentos en Grecia se prefería la inhumación", comentó, en entrevista con la agencia de noticas española, EFE Llorenç Alapont, investigador del departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Valencia.
“Aún estamos investigando si fue una elección personal el conservar incorrupto el cuerpo, algo muy importante porque significaría que respecto a los funerales se tenía una cierta libertad de culto y que no se tenían en cuenta reglas estrictas o temor por romper los ritos y las amenazas de los dioses, y supondría que había una libertad ideológica en el momento de elegir tras la muerte", agregó el especialista.
Según estiman los investigadores la tumba data de las últimas décadas de la vida de la ciudad y consiste en una mampostería en cuya fachada se conservan restos de pintura en las que se vislumbran varias plantas verdes sobre un fondo azul.
"Se trata de un hallazgo importantísimo y único. Es la única tumba en Pompeya con cámara para la inhumación y además con una inscripción que cuenta no solo la vida del difunto, sino también su afición al teatro y a las obras artísticas, sobre todo en griego. Es la primera vez que se comprueba que en la ciudad se realizaban espectáculos en este idioma", señaló Alapont.
Ahora, los científicos analizarán minuciosamente las sustancias que cubrían el cuerpo de Venerius para tratar de desvelar este misterioso hallazgo que podrá cambiar lo que sabíamos hasta el presente acerca de las tradiciones funerarias que imperaban en el antiguo mundo romano.
"Esta tela, plantas o sustancias que favorecieron la momificación nos puede dar la clave de si fue intencional o simplemente se ha momificado por el ambiente sellado que tenía la tumba: con dos muros de malta y piedra volcánica y arcilla. O si, incluso, el sellado fue intencional para conservar mejor el cuerpo”, concluyó Alapont.
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