El equipo de investigación llegó a esta conclusión tras comparar el ciclo lunar de octubre con la actividad en determinados puntos, monitoriados a través de GPS. Según los especialistas, los efectos de la luna son insignificantes sobre la especie. Mientras que la actividad era mayor al anochecer que al amanecer, no se observaron variaciones significativas a lo largo de las fases lunares.
Además, durante la investigación se recabaron otros datos interesantes. Por ejemplo: los animales rastreados se movían aproximadamente 61 metros por hora en la noche, y apenas 50 durante el día. Como máximo llegaron a desplazarse alrededor de 137 metros por hora, hecho que generalmente se producía mientras amanecía o atardecía.
El estudio se realizó en dos bosques estatales de Pennsylvania. A pesar de los resultados, los investigadores confiesan que todavía no pueden asegurar totalmente que la luna no afecta la actividad de los ciervos. Para ahondar en este descubrimiento se volverá a realizar una experiencia similar, pero se prolongará por un año e incluirá 13.000 puntos de observación.
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