En el mountain bike las ruedas tienen mucha importancia, ya que son la clave para superar los caminos más accidentados con nuestra bicicleta. En el mercado actual podemos encontrar básicamente dos tipos, de aluminio o de carbono. El material con el que se fabrican no influye solamente en el precio, sino también en su rendimiento, ofreciendo ciertas ventajas, como también contras.
En líneas generales, podemos definir el aluminio y el carbono por sus atributos más significativos. El primero ofrece mayor resistencia y adaptabilidad, mientras que el segundo destaca por su bajo paso y la rigidez que otorga.
La segunda cuestión que debemos tener en cuenta, que muchas veces resulta siendo la más influyente, es el precio. Obviamente las ruedas de carbono son más caras, pero eso no significa que sí o sí sean mejores, sino que eso va a depender del tipo de bicicleta que tengamos y el uso que le demos.
Bicicleta nueva: qué cambios podemos hacerle
Como ya se dijo, el carbono es más liviano y rígido, argumentos que son difíciles de rebatir a la hora de la compra. Estas ruedas nos permiten quitar peso a la bici y a la vez ganar rigidez. Al bajar el peso se reduce la resistencia y se aumenta el rendimiento, mientras que la rigidez hace que la cadencia de pedaleo y el control de la tracción sean más altas.
Aun así, las ruedas en el mountain bike sufren más, ya que pueden recibir golpes o rallones con cierta regularidad, y aquí el aluminio hace una diferencia importante. Este material se puede abollar por un golpe, pero aun así se mantiene intacto, mientras que el carbono tiende a romperse o rajarse. Esta diferencia hace que el aluminio sea tan interesante, más allá de que como producto sea inferior según el rango de precios.
Esto es muy importante, porque más allá de que como ciclista uno busque más velocidad, control o rigidez en la bici, también es necesario considerar los costos que implica su reparación o el eventual cambio de algún componente.
En resumidas cuentas, la elección estará muy condicionada a esta cuestión. Si la plata no implica ningún problema, unas ruedas de carbono son la opción más recomendable; pero si no podemos afrontar el costo que implica cambiar una rueda destruida, el aluminio nos asegura mucha más durabilidad, por más que metamos la mountain bike por los senderos más duros.
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