Thursday 25 de April de 2024
BIKE | 30-09-2019 16:49

Mantenimiento fuera de ruta

Consejos acerca del cuidado de las partes de la bici que más sufren durante un viaje. Por qué es importante el conocimiento. Por Marisol López.
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Vivimos en un mundo donde las cosas son prácticamente descartables, se usan y ante la primera falla o indicio de mal funcionamiento, se reemplazan por una nueva. El mercado impone el compre, use y tire para casi todos lo rubros, y el mundo de las bicicletas no queda exento de esa fórmula. Sin embargo, todavía hay algo que podemos hacer para extender la vida de esos productos, y es tan simple como conocerlos, mantenerlos y cuidarlos. Lo más común en estos casos es que, antes de iniciar la travesía, hayamos invertido el tiempo suficiente comprando, ajustando y preparando todas las partes del equipo que usaremos durante el periplo, aunque la realidad dice que no hay manera de garantizar que nada pueda fallar durante esos días de pedaleo. Bici cargada, caminos en mal estado, polvo, barro, agua y otro sinfín de elementos seguramente se combinarán durante días y generarán algún que otro percance.
El saber no ocupa lugar y lo más caro no siempre es lo mejor: aunque suene a cliché, estos dos dichos populares deberían ser los que definan la decisión en la compra de una bici para viajar, no es necesario contar con equipamiento de alta gama, sino con calidades del segmento medio, que comúnmente requieren menor mantenimiento y no sacrifican durabilidad por unos gramos de peso menos, como ocurre con los componentes pensados para competición. Por otra parte, debemos conocer y poder realizar nosotros mismos el mínimo mantenimiento que nos ahorrará dolores de cabeza y ayudará a disfrutar del pedaleo.

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Las ruedas

Junto con la trasmisión, son las que peor parte se llevan en los viajes. A continuación, las piezas que requieren nuestra atención durante una travesía de varios días.
> Rayos: es muy común que se estiren, sobre todo cuando las ruedas son nuevas y giran soportando el peso de la carga, con lo cual, si estamos estrenando bici, lo ideal es rodarla cargada antes de partir, a fin de reapretar los rayos al menos en una oportunidad. Si la rueda se encuentra correctamente centrada, con solo apretar un cuarto o media vuelta, cada uno de los rayos agregaremos tensión a toda la rueda, sin correr el riesgo de descentrarla. De todas formas, es casi imprescindible llevar al menos cuatro o seis rayos de repuesto de la medida correspondiente, que se pueden transportar adosados a las vainas traseras del cuadro de la bici.
> Cubiertas: a menudo la rueda trasera es la que más peso soporta, con lo cual su desgaste siempre es mayor comparado con la delantera. Rotar las cubiertas es algo que no lleva más de unos minutos y que a la larga nos hará ahorrar algún dinero. También conviene revisarlas esporádicamente y sacarles los pequeños pedacitos de espinas, vidrios y piedras que queden adheridos, para evitar que poco a poco se vayan insertando más hasta llegar a provocar una pinchadura en la cámara. 

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La transmisión

Por lo general, cuando viajamos o hacemos alguna travesía, tarde o temprano aparecen la tierra, el barro y todos esos elementos que se adhieren a la cadena, los piñones y todas las partes que conforman la transmisión. Unos pocos minutos de atención de vez en cuando pueden alargar de forma considerable la vida útil de esos componentes.
> Cadena: su duración va a depender de qué tan cargados viajemos, por qué tipo de terrenos lo hagamos y de cómo la cuidemos. Está claro que los primeros dos puntos son muy difíciles de evitar y tampoco van a ser en gran medida los culpables del desgaste, pero también es cierto que pedalear muy cargados por caminos de tierra y en subida va a hacer que nuestra cadena se desgaste y estire más rápidamente. En cambio, el cuidado que le demos a la cadena sí nos puede traer beneficios a corto plazo. Pedalear con las combinaciones de plato/piñón adecuadas, y limpiar y lubricar la cadena periódicamente, hacen que su vida útil se extienda de manera considerable. 
Si pedaleamos con una combinación incorrecta donde la cadena trabaja cruzada, vamos a generar un desgaste prematuro, no solo de ella, sino también de los dientes de nuestros platos y piñones. Lo mismo ocurre si pedaleamos mucho tiempo con la cadena sin lubricación, repleta de polvo, barro y pequeñas piedras que se le adhieren luego de transitar caminos de ripio. Llevar un pequeño pincel o un viejo cepillo de dientes nos va a facilitar mucho el trabajo. Los aceites teflonados suelen ser los más recomendados a la hora de lubricar, porque no se les pega el polvo.

Frenos

Es muy importante conocer el sistema que estamos utilizando y cuáles pueden ser los problemas a surgir dependiendo de su tecnología. Si son VBrakes, nunca están de más unos patines de repuesto y, por supuesto, un cable trasero que en el caso de cortar servirá para ambos frenos. Lo mismo para los discos mecánicos, con la diferencia que serán pastillas al igual que con los hidráulicos, que si bien no se recomiendan para viajes largos son indiscutiblemente eficientes para travesías y rutas técnicas. Si viajamos en zonas con mucho desnivel hay que prever que las pastillas con carga se gastan mucho más. Saber regular los frenos en un viaje resulta casi indispensable.

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Tornillos y fijaciones

Algo fundamental para prevenir roturas en portaequipajes es mantener apretado los tornillos que lo fijan al cuadro de la bici, esto también aplica para todos los de nuestra compañera de aventuras. Con la vibración pueden ir aflojándose y trabajar mal hasta cortarse o lastimar las roscas de manera definitiva. Por eso, cada tanto es recomendable repasarlos sin exceder el ajuste.

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