La actividad física es sumamente importante para nuestra salud, y más ahora en los tiempos que corre. Ya hablamos de cómo podemos hacer actividad física con la bicicleta integrándola a nuestra rutina diaria, pero para aquellos que no tengan inclinación por las dos ruedas pueden encontrar en el trekking una excelente alternativa para mantenerse sano.
El trekking o el senderismo se basan en largas caminatas al aire libre, por caminos silvestres o montañosos. Básicamente lo que uno hace es caminar durante horas, pero los beneficios para nuestro cuerpo son más de los que se pueden imaginar.
Según las tablas de la Escuela Médica de Harvard, en 30 minutos una persona de 70 kilos quema unas 216 calorías, es decir 432 calorías en una hora. Esta cifra se incrementa si el trayecto incorpora subidas o requiere de sortear diferentes obstáculos, como arroyos, piedras, charcos, etc.). Por lo tanto, una buena caminata de 3 o 4 horas puede implicar un consumo de más de 1.700 calorías (según el peso de cada uno).
Son varios los especialistas que afirman que 3 horas de caminata por la montaña equivalen a una hora corriendo. Además, es una actividad que no requiere de un gran esfuerzo, lo que es ideal para aquellas personas que esquivan las actividades explosivas como correr, natación u otros deportes.
Mientras uno camina por la montaña no solo se ejercitan las piernas, sino que entran en juego varios grupos musculares. Ya sea que esquivemos un charco, tengamos que subirnos a una piedra o nos apoyemos en una pared, cualquier movimiento extra implica el esfuerzo de varios músculos, como los hombros o el core, fundamental para mantener el equilibrio y la postura. En cuestión, a largo plazo el trekking nos solo nos ayudará a quemar calorías, sino que también tonificará distintas zonas de nuestro cuerpo.
Como si esto no fuera poco, también vale aclarar que se mejora el sistema cardiovascular, el cuerpo absorbe vitamina D, la vista descansa de estar tantas horas delante de una pantalla y la mente se calma al disfrutar de la naturaleza en estado puro.
Seguramente más de uno no tenga la posibilidad de disfrutar de la montaña, pero hacernos un espacio para salir a caminar de forma frecuente no es tan difícil. Por ejemplo, podemos optar por volver a casa caminando después del trabajo y aprovechar las mañanas de los fines de semana para pasear por algún parque, costanera o paseo de la ciudad. Obviamente, si el camino incluye subidas o escaleras, mucho mejor.
El trekking es una actividad de la que es fácil encariñarse, nos permite conocer lugares hermosos y desconectarnos de la rutina, a la vez que fortalece y sana nuestro cuerpo. Los beneficios son incuestionables, y solo es necesario caminar, ¿qué esperás para animarte?
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