Con el objetivo de estudiar cómo se comportan las personas ante una situación de confinamiento extremo, el reconocido cientìfico e investigador franco-suizo Christian Clot no tuvo mejor idea que llevar a cabo una suerte de “Gran Hermano”, pero sin ningún tipo de contacto al exterior en una cueva oscura en Ariège, Francia, casi en el límite con España.
Aventura trasandina en dos ruedas
Así, desde el pasado 14 de marzo, Clot y los otros 14 voluntarios que lo acompañan en esta arriesgada misión- 8 hombres y 6 mujeres de entre 29 y 50 años, pasarán 40 días encerrados en la cueva más grande de Europa para ver cómo trabajan sin luz, ni referencia temporal y en plena pandemia, como así también comprobar cómo gestionan las crisis que puedan surgir durante el confinamiento voluntario.
“Empujaremos una situación al extremo para acelerarla, observarla y tratar de entender una serie de mecanismos fisiológicos y cognitivos”, explicó el explorador al diario francés Le Monde.
“Estaremos en una anomia temporal; es decir, sin reloj y sin ver la luz del Sol. Un poco como lo que vivimos todos en 2020. La gente se encontró inmersa en una nueva situación y tuvo que adaptarse. Pero, ¿qué pasó con su cerebro? ¿Cómo encontramos la sincronicidad humana? Eso es lo que intentaremos entender gracias a esta misión”, agregó.
Los 15 voluntarios deberán adaptarse a la temperatura constante de 12 grados y al 95% de humedad de la cueva, generar su propia electricidad utilizando un sistema de bote a pedales y sacar el agua que necesitan a 45 metros de profundidad.
Cerca de 30 científicos seguirán, desde afuera, cada uno de los movimientos de los voluntarios en cautivero, al tiempo que estudiarán sus cuerpos (ritmos biológicos, sueños, etc.), analizarán sus cerebros (capacidad de tomar decisiones, de orientarse), y medirán las emociones que despierten las interacciones entre ellos.
“Queremos arrojar luz sobre tres interrogantes: cómo se enfrenta y gestiona el cerebro el concepto tiempo sin tener ninguna referencia; cómo aborda la desorientación, y cómo funciona un grupo humano en conjunto en una situación completamente nueva”, comentó.
La aventura de Clot no es la primera que se lleva a cabo para tratar de averiguar cómo responde el ser humano frente al aislamiento ya que en 1962, el espeleólogo francés Michel Siffre permaneció en una cueva helada de Scarrasson, en los Alpes, durante 61 días, aunque él creyó que fueron solo 34 días.
El resultado de su experiencia fue el descubrimiento más importante registrado hasta el momento acerca de nuestros ritmos biológicos: que el ritmo circadiano -el reloj interno que marca el ciclo de sueño/vigilia-, cambia al no estar en contacto con el exterior y la luz solar.
Si bien a Siffre lo siguieron muchos, el récord mundial lo sigue teniendo el serbio Milutin Veljkovich, quien pasó 463 días en la cueva de Samar, ubicada en la antigua Yugoslavia. Pero Deep Time cuenta con un plus extra ya que, hasta ahora jamás se había llevado a cabo una experiencia similar con estudios del cerebro y de la genética.
Los científicos que participan de esta suerte de proyecto-aventura esperan que el experimento pueda tener múltiples aplicaciones que van desde la mejor manera de lidiar con el tiempo pasado en submarinos o en minas subterráneas, hasta viajes espaciales, incluidas las misiones más largas en el futuro.
Según explica la web, “la conquista del espacio da un nuevo giro durante este siglo, posibilitada por las nuevas tecnologías y las cifras crecientes. Desde la Luna hasta Marte, al apuntar a otros objetos estelares, como Ceres, los humanos enfrentarán nuevas percepciones del tiempo”.
Si todo sale bien y no surge ningún imprevisto, el equipo de voluntarios saldrá de la cueva el próximo 22 de abril de 2021, seguramente una eternidad para ellos. “Esta es una primicia mundial en su metodología y principio. Aunque tendremos que esperar unos meses hasta que se publiquen los resultados, lo vivido en 2020 nos permite tener pistas sobre cuáles serán los principales efectos de este confinamiento: fatiga, desorientación, pérdida de memoria a corto plazo, más pesadillas durante el sueño, diferentes alucinaciones y, en mujeres, el ciclo menstrual hasta puede llegar a cortarse”, concluyen desde la página web.
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