Oficialmente designados como cañón “K(E) Schwerer Gustav”, fueron conocidos como “Gustav” y “Dora”, tal vez adelantándose a futuras críticas feministas. Construidos en Essen (Alemania), pasaron a ser las piezas de artillería más grande que se hayan construido jamás. Sus proyectiles de 80 centímetros de diámetro, hicieron palidecer a los del cañón “Gran Berta” –también alemán– de la Primera Guerra, con sus “tan solo” 42 centímetros. A pesar de las expectativas puestas en ellos por el régimen nazi, sólo uno entró en combate y estuvo operativo trece días, durante los cuales disparó un total de 48 proyectiles.
Una detallada ilustración del imponente “Dora”.
Para llevarlo a su posición de tiro y ponerlo operativo, era necesario un convoy ferroviario de veinticinco vagones, una dotación de 1.400 hombres y alrededor de tres semanas para montarlo y dejarlo listo para el disparo. La cantidad de mano de obra necesaria para ensamblarlos era enorme. Tenía un destacamento completo de no menos de 1.420 hombres al mando de un coronel. Este disponía de su propio cuartel general y personal de planificación. La dotación principal era de alrededor de 500 hombres, la mayoría de ellos necesarios para el complicado proceso de mantenimiento y manejo de la munición.
Una vez en acción, estos 500 hombres permanecerían junto al cañón, pero el resto del personal estaba formado por varias unidades auxiliares, incluyendo una de inteligencia para determinar qué objetivos debían bombardearse. Todo el despliegue comprendía también a dos batallones de artillería antiaérea ligera, que siempre acompañaban al cañón cuando viajaba y tenían como misión evitar que sea atacado por el aire. Dos compañías de centinelas patrullaban constantemente el perímetro de la posición para evitar algún golpe comando que intentara evitar el ataque.
Proyectil en el Imperial War Museum de Londres.
Hay que recordar que se ordenó la construcción de tres piezas, de las cuales se terminaron dos y solo una entró en acción. "Gustav" fue la única que entró en combate durante el Sitio de Sebastopol (1941/42), mientras que “Dora” fue enviada a Stalingrado pero no llegó a disparar. Sus primeros objetivos fueron algunas baterías costeras, que resultaron bombardeadas a una distancia de alrededor de 25 km. Se requirieron solamente ocho disparos para demoler estos objetivos. Más tarde, aquel mismo día, se hicieron seis disparos más contra la construcción de hormigón conocida como Fuerte Stalin dejándola en ruinas. En mayo de 1945, sus componentes estaban dispersos por toda Europa. Los transportes ferroviarios de las enormes piezas de artillería habían sido atacados constantemente por aviones aliados, y lo que se salvó de las bombas fue destruido por los propios alemanes ya en retirada. Hoy todo lo que queda son algunos de sus proyectiles en museos, como testimonio de los cañones más grandes del mundo.
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