Cuando el Covid 19 nos hizo despertar un día con la sensación que estábamos inmersos en una fantasía de las tantas que habíamos visto en películas de ciencia ficción, el mundo –tal como lo conocíamos– cambió radicalmente. Los medios de información masiva entre noticias alarmantes y cifras de fallecidos, nos mostraban fotografías de largas colas en las armerías de los Estados Unidos de Norteamérica, donde un sinnúmero de ciudadanos se aprestaba a comprar armas de fuego.
Una especie de paranoia se adueñaba de un pueblo que si bien siempre fue adepto a armarse, ahora el temor a un apocalipsis acrecentaba esa afición. No es de extrañar que eso suceda en un país donde la cultura “preppers” (movimiento de individuos que se preparan activamente para sobrevivir una posible alteración del orden político o social) está tan arraigada, que muchos hogares poseen refugios subterráneos.
En las antípodas –en lo que se refiere a economía y facilidades para adquirir armas– nos encontramos nosotros, los argentinos, donde la pandemia no sólo ha cobrado muchas víctimas, sino también ha quebrantado aún más nuestros maltratados bolsillos. No obstante, consultas efectuadas a los importadores mayoristas, nos permite concluir que en los últimos meses ha habido un incremento en las ventas, que si bien no es muy significativo, es –cuanto menos– sorprendente, teniendo en cuenta la situación actual por la que pasan la gran mayoría de los rubros.
Y el motivo de esa “primavera comercial” se debe, créalo o no, al bendito dólar. Veamos… Si tomamos que un arma tiene un precio de mercado de mil dólares estadounidenses, los importadores la facturaban en moneda local a un promedio de noventa pesos por dólar. Por lo tanto, si usted pagaba en pesos argentinos, abonaba la cantidad de noventa mil. En caso de ser uno de los felices mortales que atesoraba algunos billetes verdes, guardados ya sea dentro de una media o en una caja de seguridad, cambiándolos en el mercado paralelo –supongamos a $ 120– terminaba pagando en realidad U$S 750, o sea un 25 % menos que el valor de plaza en dólares. Esto fue percibido por muchos usuarios que vieron la oportunidad de adquirir esa deseada arma, que hasta el momento le resultaba onerosa.
Actualmente y debido al incremento de la divisa extranjera, esa ecuación ha cambiado. Consultas realizadas nos han permitido conocer que los importadores van a cotizar en su facturación un promedio de $ 120 por dólar, que si tenemos en cuenta que ya está fluctuando alrededor de los $ 145, le ventaja –si usted dispone de billetes verdes– es significativamente menor pero sigue existiendo. Veremos que sucede en un futuro incierto y no muy lejano.
Comentarios