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ARMAS | 09-08-2017 09:13

Glock 43: un back up por excelencia

Un nuevo modelo de la austríaca Glock llegó a nuestro mercado. Se trata de una subcompacta de cargador lineal.
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Nunca supe si la oferta es la que crea la demanda, o a la inversa. Lo cierto es que desde hace unos años el público consumidor de armas de puño de los Estados Unidos se ha volcado a la adquisición de modelos ultracompactos. Y esta tendencia provocó una proliferación de pistolas semiautomáticas de dimensiones reducidas. Versiones compactas de las full size siempre hubo, pero no pasaban de ser meros recortes de la versión mayor (una o dos pulgadas menos de cañón y un par de cartuchos menos en el cargador), lo que derivaba en una gordita a veces incómoda de empuñar y generalmente tan notoria como la otra para portar. El calibre .380 Auto resultó el elegido para las más pequeñas, y así fue que la Ruger con su LCP da un batacazo comercial en todo el mundo. Glock no quiso ser menos y lanzó su modelo G 42 recamarado para ese popular cartucho.

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Pero… el 9x17, 9mm corto o .380 ACP –como usted prefiera denominarlo– está considerado en el margen inferior de los calibres aptos para defensa. Mantiene una gran popularidad en algunos países donde es el máximo permitido para civiles, para ser utilizado en pistolas semiauto, lo que no sucede en otros lados del mundo. Entonces las fábricas se lanzaron a diseñar y producir subcompactas en el más potente y efectivo 9x19. Para no caer en las versiones gorditas, las marcas más afamadas de armas experimentan una regresión y vuelven –como en los años ‘40– a utilizar cargadores monohilera. Entre otras, Walther, Smith & Wesson, Ruger, Bersa y hasta Remington (con un revival de su Modelo 51 de 1917) presentan al mercado pistolas compactas en calibre 9x19 con cargadores monohileras, dando lugar a las compactas y subcompactas flaquitas o –dicho más elegantemente– las slim line.

La evolución

Glock obtuvo un éxito comercial importante (y van…) con el modelo 26, una subcompacta en calibre 9x19 pero… gordita. Siguiendo la tendencia del mercado, al tiempo presenta su G 42 en calibre .380 Auto y cargador monohilera. Ya era inevitable ofrecer una slim line en calibre 9x19 y nace la G 43. Si analizamos las marcas de este segmento, veremos que la austríaca se tomó un considerable tiempo para ingresar en él. Según el experto Massad Ayoob –uno de los primeros guns writer en probar la G 43 directamente en la planta de Glock, en Georgia– se debe a que se esmeraron para lanzar el mejor producto posible. ¿Será? Lo primero que se destaca de la G 43 al verla es que es… una Glock. Y sí, convengamos que son todas iguales: en materiales, sistema, diseño, forma… sólo varía su tamaño y calibre. Lo que sin duda constituye una gran ventaja a la hora de dispararla, si usted ya tiene o tuvo otra Glock.

Tal vez lo afirmado por Massad Ayoob –sobre el porqué del tiempo que se tomaron– no es tan descabellado. Yo le siento una leve diferencia en el disparador, un apoyo más firme luego de oprimirlo en su primera mitad del recorrido, y un escape más nítido… menos gomoso que en otros modelos de la marca. Y este detalle colaboró para lograr muy buenas agrupaciones sobre el blanco. Para el tema del grip, que puede resultar incómodo para quien no tenga manos pequeñas –como sucede con toda subcompacta–, se recurrió a un segundo cargador equipado con un apoyadedo o meñiquera. Solución que ya en los años ‘30 adoptaron en Walther para sus modelos PP y PPK. Antigua solución, pero efectiva. A pesar de su calibre, la G 43 resulta totalmente controlable durante los disparos, precisa y confiable. Esta última característica es fundamental, tratándose de un arma más apta para fines defensivos que deportivos.

¿Pro y contras? Tiene la confiabilidad de toda Glock, es subcompacta “en serio”, extremadamente portable y precisa. Por otro lado, se le puede criticar la no compatibilidad con cargadores de modelos de mayor tamaño (como sucede con la G 26) y su capacidad limitada (6+1). Pero tengamos en cuenta que no está pensada para ser un arma principal, por lo que si la comparamos con el eterno backup –el Smith & Wesson Chieff– tenemos dos cartuchos más. Recién ingresada a nuestro país, seguramente será bien recibida por los aficionados a este tipo de armas y por los fanáticos de la marca.

Nota completa publicada en revista Weekend 539, agosto 2017.

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Pablo Crespo

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