En el mundo de los campers siempre nos vamos a encontrar con alguna sorpresa. Ya sea por el tamaño de los vehículos; las formas ingeniosas de administrar el espacio; la tecnología implementada; etc. Pero el caso que vamos a ver hoy, el Rumi, sobresale no solo por su increíble diseño interior, sino por el ambiente que logra y la calidez que transmite.
El primer acercamiento a este camper lo tenemos a través del video de Steel & Oak, que presenta en detalle el vehículo a sus próximos dueños, Lee y Amanikia, que también son captados al ver su nueva “casa sobre ruedas” por primera vez.
El Rumi se construyó sobre una Ford Transit, que a primera vista resulta bastante discreta, salvo por su hermosa pintura exterior de bosques y montañas. Pero el plato fuerte está en su interior, porque apenas entramos al habitáculo nos encontramos con un diseño artesanal en base a madera, cuidado y cálido, que fácilmente recuerda a una casa de campo o una cabaña en el bosque.
La madera está presente en todos lados y en diferentes texturas. Piso, paredes, techo y muebles, toda está hecho con este material, que también se complementa con azulejos en algunas zonas y detalles de vidrio en las puertas.
Además del excepcional diseño, el camper cuenta con todo lo necesario para salir de viaje. La cocina está completa: horno, hornallas, fregadero (acorde al estilo hogareño), heladera y hasta una pintoresca estufa a leña de hierro forjado. Otro detalle a destacar es la ducha interna, conformada por azulejos y una grifería rústica muy a la par de la propuesta general.
También cuenta con un pequeño comedor, que se puede transformar para dar lugar a una cama para dos personas, quienes podrán descansar mirando las estrellas gracias a un techo panorámico desmontable de 1,5 metros de largo.
El Rumi fue construido por Supertramped, un especialista que trabaja de manera artesanal en base a elementos como la madera. Algunas de sus creaciones se pueden ver en su página web, donde además podemos obtener un presupuesto estimado del tipo de vehículo que queremos. Obviamente no es económico, pero soñar es gratis.
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