La historia comienza en 1906, cuando se construye el edificio de la esquina como bar y continúa en 1916 cuando Ceferino Ferroglio inaugura el Hotel España, con 14 habitaciones, que rápidamente se convierte en un referente de Alberti (Buenos Aires) y lugar de descanso de viajantes.
Al hotel se le agregó la función de restaurant con dos salones, uno de primera clase y otro para el público en general; ambos eran famosos por la buena atención y la abundancia de sus menús. Y era tal la magnitud de gente que se comía en “doble turno”. El establecimiento también fue precursor del delivery, ya que llevaba la comida a domicilio, comida que los clientes pagaban mensualmente.
Cuando se realizaban ferias de hacienda las caballerizas del Hotel España a veces no tenían capacidad para albergar la gran cantidad de caballos de la gente que llegaba a Alberti. Fue una época donde los fines de semana a partir de las 12:00 se congregaban más de 80 personas para jugar a las cartas, y por las noches se realizaban peñas. Su importancia era tal que en algunas ocasiones hasta se efectuaron velatorios allí.
Pero su esplendor fue decayendo y tuvo varios cambios de firma hasta que en 1973 cerró sus puertas. El hotel permaneció sin abrir desde entonces y su fin ya se vislumbraba cuando en el año 2010 un incendio casi lo destruye por completo. Pero Eduardo Beraza, un albertino con amor por su ciudad, lo compró y comenzó a restaurarlo prácticamente desde cero, porque el fuego había afectado en gran parte su estructura, pero aun así al año siguiente lo reinauguró como “El Bodegón”, un sitio de comidas, que durante la pandemia tuvo que mantener cerrado.
Eduardo estaba sorprendido por la repercusión que había generado la reapertura del establecimiento en Alberti: más allá de las compras de objetos que él efectuaba y enviaba a restaurar, sus vecinos comenzaron a efectuar donaciones del pasado albertino: fotos, cuadernos de colegio, bicicletas, muebles, carteles y miles de objetos diversos.
Tal vez lo más sorprendente de este hotel-museo son dos cuartos convertidos uno en consultorio (donación del mobiliario completo del Dr. Chiesa) y otro que es el reflejo exacto de la peluquería-barbería que los hermanos Tito y Toto Pontieri tuvieron durante décadas.
El fútbol también tiene su lugar aquí, ya que el jugador de Independiente Ricardo Bochini –asiduo visitante de Alberti– tiene su espacio con innumerables, fotos, trofeos, camisetas y recuerdos de su trayectoria.
El paso final es la reinauguración de parte del hotel. Algunas de las habitaciones están siendo recicladas. La fecha prevista es este mes, en avenida Vacarezza y Sarmiento, de la localidad de Alberti, donde se sitúa el establecimiento, y donde a partir de ahora los visitantes podrán experimentar un viaje al pasado. Desde la Capital Federal son apenas 192 km. La experiencia bien lo vale.
Galería de imágenes
Comentarios