La provincia de Arezzo marca el confín de la Toscana Oriental con Umbría, y se define como la zona más tranquila que es parte de esta región de fama mundial. Los pueblos encantadores de los alrededores conservan esa paz que se añora en otras zonas por donde las carreteras han llevado un turismo masivo. Reconocida por la orfebrería y la producción cerámica, la ciudad fue antes y después del dominio romano un centro manufacturero de relevancia, tal y como atestiguan los continuos yacimientos que sacan a la luz piezas de gran calidad. Curioso es el el hecho de que sus famosos vasos arentinos, célebres por su trabajado relieve, impulsaran su economía llegando a todos los puntos del Imperio Romano. Sin embargo, al mismo tiempo, la llegada del cristianismo significó su declive, puesto que los motivos paganos de la decoración chocaban con los dogmas pictóricos de la religión.
Como gran parte de las ciudades toscanas, estuvo bajo el control de Florencia y los Medici. En este clima se desarrolla la Giostra del Saracino (Justa de Saracino), un antiguo juego caballeresco que ya se documenta en el año 1535 y que se recuperó en 1931 con dos festejos anuales en junio y septiembre. Al torneo medieval lo precede un cortejo con exhibición de sbandieratori, los diestros portadores de banderas que efectúan movimientos con sus estandarte, después la Piazza Grande se llena para ver la pugna de los cuatro grupos de caballeros que representan sendos barrios de la ciudad, un torneo de lanzas contra un muñeco armado de una maza. Quién consiga mayor número de impactos sin ser abatido, logrará la ansiada Lanza de Oro.
La Justa de los Sarracenos es una emocionante recreación histórica que transforma a Arezzo en un escenario medieval, una arraigada en la comunidad que resulta en un vívido espectáculo de destreza ecuestre, orgullo y pasión, que atrae a visitantes de todo el mundo. Así la historia y el presente se mezclan en una animada danza de colores, trajes y caballeros. La Justa es una conmemoración del siglo XVI, un desafío al Rey de las Indias que llena las calles de Arezzo con el sonido de las trompetas, el ruido de los caballos y la emoción de la competencia.
Los cuatro barrios que compiten son Porta Crucifera, Porta del Foro, Porta Sant’Andrea y Porta Santo Spirito. Cada uno tiene su propia identidad e historia, representada por los colores distintivos, los escudos heráldicos y sus rituales. Pero el enfrentamiento es amistoso, una forma de que la comunidad se reúna, celebre su historia y cree recuerdos duraderos.
La festividad en la Laterina medieval
La cita con la historia se produce cada último fin de semana de julio en este antiguo pueblo de la provincia de Arezzo, fundado en 1300 y disputado durante siglos entre Florencia y Arezzo (también está mencionado en la Divina Comedia), rinde homenaje a su pasado con el Festival Laterina Medieval, de viernes a domingo en julio. Son tres días para retroceder en el tiempo, entre desfiles de época, juglares, bufones, malabaristas, acróbatas y sabores tradicionales. Y también en la semana previa, para ir calentando la emoción de los espectadores. A menos de una hora de tren de la ciudad de Arezzo se encuentra esta ciudad.
La fiesta empieza cuando la puerta del castillo se abre de par en par y un gran cortejo de nobles, pueblo llano y soldados inicia las celebraciones. Las calles del casco antiguo se convierten en un escenario al aire libre para un verdadero espectáculo de teatro callejero, con música y malabaristas de luces y fuego. Entre recreaciones históricas, exhibiciones de vuelo de aves rapaces, y competencias entre ballesteros y arqueros, se pueden admirar las antiguas máquinas de guerra, visitar la Torre Guinigi y el campamento militar y festejar comiendo en tabernas, donde se sirven los platos según la tradición medieval.
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