¿Quién no soñó alguna vez con viajar en crucero? Ser atendido en todas sus necesidades, tener el restaurante y la piscina a mano, bajar en un puerto para recorrer ciudades y tener actividades para cada uno de la familia. Sacando el temor a marearse en alta mar o la fobia a las aglomeraciones, esto es lo que hay que tener en cuenta para decidirse.
Crecen los cruceros de expedición
Pros:
Precio: por unos U$S 1.000 por persona (con impuestos) se puede pasar una semana ida y vuelta a Brasil con alojamiento en cabina interna, comidas, entretenimiento por edad, teatro, gimnasio, disco y piscina. Todo resuelto en el mismo lugar. Pullmantur da un servicio all inclusive y Costa suma las bebidas sin alcohol.
Ya circula el primer crucero a GNL
Se recorren ciudades durmiendo siempre en el mismo cuarto. Hay servicio de comida durante todo el día en diferentes sectores del barco, incluido un buffet de medianoche.
Chicos y adolescentes tienen actividades coordinadas, por edades: de 1 a 3 (los padres deben darles de comer), de 4 a 6, de 7 a 12, de 13 a 15 y los teens de 17 a 20.
La vuelta al mundo en 112 noches
A bordo del barco no se usa dinero: todos los gastos se cargan a la habitación por medio de una tarjeta personal. Al final del crucero se paga con tarjeta de crédito.
En verano viajan muchas familias, pero hay sectores tranquilos para los que quieren alejarse de los chicos. El mejor momento para usar las áreas comunes es cuando tocan puerto porque quedan pocas personas a bordo.
Idioma: las empresas europeas tienen personal internacional pero siempre hay alguien que hable español. En Pullmantur todos son de habla hispana.
En Costa la atención médica a bordo es parte del paquete que se contrata con la cabina.
Si no se quiere gastar mucho en tierra al desembarcar, se puede volver al barco para almorzar. Incluso hay huéspedes que a las excursiones se llevan comida del desayuno en una conservadora.
Contras:
En MSC las bebidas se pagan aparte. Hay diferentes planes: desde abonar lo que se consume –un agua sale U$S 2 y una copa de vino U$S 3,20– a optar por el suplemento de bebidas que parte de los U$S 30 por persona y día (se paga antes de embarcar). En Costa tienen la propuesta Brindiamo, con las bebidas servidas en copa; café, capuchino, refrescos, cerveza, aperitivos, vinos y licores (25,49 euros por jornada).
Hay turnos para cenar que se combinan con los del teatro. Siempre se come en la misma mesa y se comparte con las mismas personas, sean conocidos o extraños.
Las habitaciones son minúsculas, las internas (más baratas) ni siquiera tienen ventanas. Las mejores son las que incluyen balcón (las más caras).
No está incluido: lavandería, peluquería, spa, masajes y casino. Además, en MSC hay que contratar una asistencia al viajero especial (Europ Assistance Argentina), de U$S 8 por noche. En caso de usar la enfermería, luego se reintegra el gasto, de entre 150 y 200 dólares.
El wifi es extra y sale U$S 60, con una cantidad determinada de gigas para usar.
Se convive diariamente con unas 3.200 personas, más 1.200 tripulantes, según el barco.
Las piletas son muy chicas, generalmente dos, para atender a tanta cantidad de huéspedes.
Llegado a puerto, si no se contratan las excursiones que se ofrecen a bordo del crucero con personal propio y el pasajero se atrasa en volver, el barco no espera, parte puntual a la hora previamente consignada
Comentarios